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Yo también me alegro

jose de las cuevasJosé de las Cuevas /

Dicen que al apóstol San Pablo un rayo de luz le hizo caer de su caballo y empezó a creer. A mi me pasó más o menos lo mismo la noche del 10 de mayo en el B&W. No fue exactamente uno de los cientos de fogonazos de luz que proyectaba el escenario, sino un armarizado eurofán que empezó a poner a parir a Conchita a nuestro lado y a aplaudir a rabiar a las rusas y a Sanna con el lema “esto sí son mujeres”. No se daba cuenta de que Conchita proclamaba no ser un hombre con peluca o una mujer con barba, sino simplemente Conchita, Conchita Wurst.

Vi la luz. Empecé a aplaudir a rabiar cada punto recibido por Austria al igual que el resto del público en el recinto. El armarizado se marchó mucho antes del final, cuando vio que el triunfo de Conchita era algo que ni Putin podría evitar.

No es que haya cambiado mucho de ideas. No creo que Conchita fuera la mejor voz, ni la mejor canción de esta edición. Sigo creyendo que muchas de sus poses y actitudes son una calculada campaña de marketing… pero que delicia de campaña. A través de la semana fue madurando el personaje, fue enfrentándose con retos y superándolos, fue desarmando al enemigo. Siempre creí que aún después del triunfo de Dana, la imagen de Conchita en la final no iba a ayudarle, y que no contaría con el respaldo de jurados y audiencia. Evidentemente me equivoqué totalmente. Y me alegro.

El festival no es ni solo política, ni sólo música. Pero de los dos tiene. Cuando la UER solo piensa en hacer todo más grande, en incorporar países que no respetan los mínimos derechos civiles, no podemos quedarnos de brazos cruzados. El triunfo de Conchita es una bofetada en toda la cara para algunos países que van a la deriva en esa materia. No quiero a la Rusia de Putin, a la Turquía de Erdogan ni a la Bielorrusia de Lukashenko en Eurovisión. Y los cantantes que los representan han aceptado lucir la bandera de unos valores que lucharé por que no se propaguen. Y mientras la UER piense en el dinero en vez de en la dignidad, yo seguiré pitando cada intervención de los cantantes de esos países. A los ingenuos que dicen que es solo música unas preguntas; ¿os creéis que Turquía ha abandonado por una cuestión sólo musical? ¿los votos del jurado de Azerbaiyán son respuesta de un criterio musical? ¿y los anulados de Georgia?

conchita triunfo

Quizá Conchita no hubiera ganado sin esa imagen calculada. Quizá su perfecta interpretación en un magnífico escenario no hubiera sido suficiente. Nos queda esa duda, al igual que tampoco sabremos si el televoto dejó en el puesto 17 a Ruth Lorenzo por esos intentos de desnucarse en el escenario o ese tirar el micrófono en un arrebato que no tenía nada que ver con la canción.

Y a Ruth voy. Valoro inmensamente su trabajo. Creo que es poseedora de una voz magnífica. Reconozco que ha hecho Eurovisión atractiva para muchos cantantes y debemos agradecerle las palabras antes y después del Festival. Pero no la aguanto. No me meto con los que la adoran, pero dejadme la libertad de no tener que gustarme toda la gente, no estamos en los mundos de Yupi, y yo de falso, lo justo.

Veo que la reacción posterior a la interpretación de Ruth sigue con la división de eurofanes. En unas declaraciones un pelín prepotentes amenaza con repetir en 3 años. No con intentarlo, sino con repetir, ignorando la posible competencia, o ganas, de sus compañeros de profesión. Y he visto muchos eurofanes encantados diciendo que es lo mejor que ha llevado España en muchos años. Pobre Pastora Soler. Desde aquí decirte que yo al menos no te he olvidado.

En otro artículo hablaremos del curioso jurado albanés. Ese raro jurado que le dio los 12 puntos y que le salvó los muebles. Un jurado que ha votado a grandes bodrios españoles y que ignoró inexplicablemente a la Soler. Sin ellos el top 10 de Ruth se hubiera evaporado y el casillero se hubiera quedado con unos escasos 62 puntos. Pastora cosechó más votos que Ruth del Reino Unido donde dice la cantante que la recuerdan tanto, y para que hablar de los países vecinos. Y todo con una voz igual de prodigiosa y con menos divismo y más humildad.

Yo no soy partidario de que la gente repita en el Festival. Monetta, Perrelli, Chiara, muchos me aburren. Es cierto que ha habido otras segundas oportunidades gloriosas como la Paparizou o Şebnem Paker, pero no suele ser lo habitual. Si Ruth repite espero que lo haga como cantante, y no como compositora, con un tema a la altura de su calidad vocal. Y que elija una melodía pasional lleno de drama en la letra ya que parece difícil que elimine totalmente la agresividad en sus interpretaciones. No la quiero imaginar cantando el anuncio de Coca Cola en Navidad.

Me han encantado ciertos detalles del transcurrir de esta semana con la representación española. El tema del traje inicial fue maravilloso. Cuando sacó ese horror de búho en el pecho, rápidamente sus seguidores defendieron el atuendo calificándolo de maravilloso y nuestra cantante decía que para ella tenía un significado especial. Como Ruth es lista y vio que aparte de incondicionales aquello no gustaba, lo cambió rápidamente alegando que no reflejaba la luz de la forma que ellos quería. Algo obvio cuando sabes que la luz te va a dar por detrás en vez de frontal. El búho metálico tenía que haber estado incrustado en las posaderas para conseguir tal efecto. Otro tema apasionante fue la lluvia digital. Es cierto que la escenografía estuvo muy bien (dejando de lado el hecho de ocultar a los coristas, de moda este año y que a mi me parece un desprecio, olé de nuevo por Conchita que lo interpretó ella solita) pero se exageró tanto el tema de la lluvia digital que parecía que nuestro escenario iba a dar la campanada, iba a arrasar a los demás. No fue así. Las alas desplegadas del fénix de Conchita creo que impulsaron su tema hacia la victoria. El suelo de Eslovenia sin duda ayudó para que se clasificaran para la final, y la simplicidad de Holanda estuvo también a una gran altura. Ya sabéis que yo no soy de los que apoyo a los cantantes patrios por el hecho de representar a TVE. Y no me meto con aquellos que los defienden a capa y espada, ya sean ESDM o Ruth. Pero el hecho de crear expectativas demasiado elevadas hace que al final mucha gente se decepcione con el resultado final. Si elevas la calidad del tema a unos niveles que nunca tuvo y empiezas a hablar de la posible victoria de un cantante, luego una décima posición no parece tan brillante. Y empiezan los aburridos comentarios sobre las injusticias del festival y sus votaciones. Señores, hemos llevado un tema simplón con una gran voz y hemos quedados décimos. Celebrémoslo.