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Actuaciones inquietantes II: Especial Copenhague 2001

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Paco González-Arena /

Sí, yo sé que todos estáis ahora pendientes de la Eurovisión de este año, de ver los ensayos, de intentar ver el circo que Ucrania presentará este año sobre el escenario, de los modelitos de la Monetta y la Suzy, pero yo es que sigo conmocionado con algunas actuaciones eurovisivas del pasado. Eso sí, os hablaré de actuaciones inquietantes ocurridas en la misma ciudad que acoge el festival este año: Copenhague. ¡¡¡Chan-chan!!! ¡¡¡Chan-chan!!!

La capital danesa ha sido el marco en el que se han desarrollado hechos bastante acojonantes, eurovisivamente hablando. En primer lugar, acogió el festival de 1964, cuya grabación se perdió en un lamentable incendio. Eso ya da miedito, ¿eh? Además, el certamen se celebró en un parque de atracciones. A mí estos sitios siempre me han dado bastante canguelo. Primero, por las norias, las montañas rusas, las cosas que te ponen el estómago en la boca y el corazón en el pubis. Y, segundo, por las personas escondidas bajo disfraces aterradores, que soportan temperaturas infernales, pisotones de niños diabólicos y risotadas de adolescentes acosadores. Potenciales asesinos en serie, diría yo.

Pero, además, treinta y siete años más tarde, Copenhague celebró el que ha sido el festival con más público asistente de la historia. Copenhague 2001 fue una edición bastante inquietante, ya que fue la primera vez que ganaba un país del Este. Contra todo pronóstico, además. Los presentadores, Natasja Crone y Soren Pilmark, fueron bautizados por algún comentarista como el Hada de los Dientes (qué horrorosa traducción de The Tooth Fairy) y el Doctor Muerte, añadiendo más tensión, si cabe, al evento. Además, pudimos ver entre el público al carnicero de Milwaukee durante la actuación alemana. ¿Que no? Fijaos en el señor con delantal que va andando por uno de los pasillos, mia si no!!!

Tengo que confesar que a mí este festival me parece una de las más grandes mamarrachadas de la historia. Un escenario feo, feo, lleno de pantallas que no aportaban nada y con cortinas estilo Noche de Fiesta, donde los cantantes se perdían por la inmensidad de sus dimensiones. Hace poco he vuelto a ver este festival y me sigue pareciendo un horror. Y más porque no ganó Francia que, de largo, era la mejor canción.

La primera mitad de las actuaciones no hay por dónde cogerla. Una sosainas que sale descalza, un grupo llamado Mumiy Troll (eso lo dice todo), un butanero balcánico, un dúo blanco/negro supuestamente simpático, un irlandés ebrio, un coro con pelucones… ¿Sigo?

Pues sí, voy a seguir, porque destacan especialmente en este festival dos actuaciones. Una, indudablemente, es la de Israel. Israel es el típico país del que todo el mundo habla, normalmente para mal. Y no me extraña, viendo esperpentos como el que presentaron en 2001. Con la base a la que nos tiene acostumbrados este país en Eurovisión, es decir, un coro que arropa al cantante solista, con el que interactúa y que le da un poco de salsa a la actuación, este año se superaron al llevar a una de las coristas rapada y otra de ellas la representante suiza del año anterior. Porque, a mí no me la dan, la corista del pelo largo es Jane Bogaert, de aquí a Lima. Obviando el vestuario (pantalones acampanados, que se volvían a llevar a principios del siglo XXI, cueros y camisetas ajustadas), todo lo que podía salir mal en esta actuación salió mal.

Tal Sondak

El solista, un Tal Sondak, se esforzó por transmitirnos vete tú a saber qué, porque a mí lo único que me llegó fue su cara de estreñimiento al dar la nota alta al final de la canción. El coro, en lugar de arropar, parece que quería cargarse la carrera del muchacho y, en dos momentos de la actuación, una corista se choca con él y otra de ellas lanza su melena diabólica contra su cara, proporcionándole un latigazo “porque yo lo valgo”. La otra corista femenina, ni pincha ni corta, pero sí quería hablaros del papel de los dos chicos. ¿Os habéis dado cuenta de que es muy usual en Israel que uno de los coristas masculinos sea rubio y el otro moreno? ¿Y que siempre hay uno simpático, que se ríe mientras canta, mientras que el otro es más serio, más sentido? Yo creo que muestran las dos caras de Israel, la maricona y la ultraortodoxa. La IBA lo lleva todo muy estudiadito a Eurovisión.

Antes de comentaros otra actuación inquietante de Copenhague 2001, quiero dejar alguna pincelada de otras actuaciones de ese año que son para poner los pelos de punta. La cara del cantante noruego. ¡Esa cara! Pánico me da. La cara del cantante ruso. ¡Esa mirada! Es para cagarse de miedo. La cara de la morena sueca al final de la canción. ¿Qué vio que le hizo aferrarse a su compañera? Ahí lo dejo.

 

Letonia 2001

La otra actuación que me pone los pelos como escarpias y que no puedo ver solo de noche en casa es la de Letonia. Letonia es un país que, ya de por sí, es bastante inquietante, porque es la patria de Marie N y del flipado Renars Kaupers y ha aportado a la historia eurovisiva temas de gran calado social, como Hello from Mars, Probka, Beautiful song, Wolves of the sea o Cake to bake. En esta ocasión presentaron a otro demente que invitó al escenario a sus amigos del Ciempozuelos letón. El señor Arnis Mednis salió a escena con un corte de pelo típico de cualquier posguerra y unas gafas de sol con cristales azules que, debido a su hiperactividad en las manos, se quitó a los pocos segundos. Su amiga, a la que llamaremos “la loca gorda”, empezó a dar alaridos cual granjera alpina, mientras se acariciaba el pelo para que nos fijáramos en su color: entre caoba y violín. La otra corista, en chándal blanco, se dedicó los 3 minutos a bailar rumba. Yo creo que, en cuanto salió del escenario, se fue a una disco de bakalas. El del acordeón, con las pupilas dilatadas, no paró de poner caras entre desquiciadas y repugnantes y el guitarrista… mmmmm, el guitarrista… no se me ocurre nada que decir sobre él. No pudieron ponerle un título más apropiado a la canción, Too much.

Para terminar, os dejo con una pregunta para la reflexión: ¿Por qué en las actuaciones de Grecia en los 90 hay un señor tocando un manojo de mejillones?