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Austria 1971: Marianne Mendt, «Musik»

Guille

Me vais a dejar que este mes os hable de mi austrorepresentante favorita, Marianne Mendt, que en 1971 abrió el festival con Musik.

La última participación de Austria había sido en el año 1968 con el checo Karel Gott (el cantante de la sintonía de La abeja Maya en alemán) con Tausend Fenster (13ª posición). Austria boicoteó el festival al no querer asistir a la edición de 1969 de Madrid por la dictadura franquista; tampoco en el 1970 por la cuádruple victoria en Madrid de Salomé & co. Estos piques austriacos son recurrentes cuando se habla de Austria en el festival, como demuestra su ausencia de 2008 a 2010 por la disconformidad con el proceso de votación; estos boicots son más relevantes, todo sea dicho, que sus resultados finales o calidad en las canciones que se envían desde este país al festival.

Por eso en el año 1971 Austria acudía casi de puntillas a Eurovisión, pero con la representante que –Udo Jürgens mediante- ha tenido una carrera más larga, variada y reconocida en el show business austriaco. Con Musik la Mendt acabó en la 16ª posición (antepenúltima), con 66 puntos; casi en la misma posición que Paloma San Basilio en 1985. Son dos casos parecidos: Eurovisión no emborronó su carrera y queda más como una anécdota que otra cosa.

Escuchando a la Mendt narrar cómo fue su experiencia en Eurovisión parece que estoy escuchando a Lucía Pérez o a muchos eurorepresentantes españoles de los años 90: delegación mínima, escaso apoyo de muchos medios y asistencia más a un viaje de fin de curso que a un festival de música de la envergadura de Eurovisión.

La Mendt es considerada por muchos la mejor cantante austriaca (con independencia de si se habla de pop, schlager, jazz, etc.), así como una actriz de carácter: un verdadero multitalento. En la conciencia del público austriaco queda como la mami del austropop, gracias a esta canción, uno de las más conocidas del pop austriaco: Wie a Glock’n.

Esta canción, de 1970 supuso un escándalo en la época, pues significa cantar en dialecto (vienés) en la época, alguien que hasta el momento no había hecho. Se cantaba hasta entonces en el alemán (austriaco) estándar, sin dar cabida a palabras solo utilizadas en Austria (y no en Alemania o en la Suiza germanófona), así como a un acento más neutro (o sea, el proceso que sufrió la pobre Rosa en Operación Triunfo, que no fue tanto perder kilos, sino neutralizar su acento granadino). La pobre Mendt fue considerada entonces como alguien de baja cultura por dejar muestra en material discográfico (así como en actuaciones por televisión) de un tipo de habla que hasta entonces solo quedaba reflejado en el habla del día a día en entornos familiares o amistosos. Desde entonces quedó como orgullo austriaco el cantar en el habla austriaco, corriente que hasta el día de hoy se mantiene (lo más internacional de este estilo de música sería el vienés Falco, con sus éxitos internacionales Amadeus o Der Komissar).

En los 70 la Mendt aprovechó todo lo que pudo el interés que había surgido por este estilo musical y, como muestra, sus discos de la década de los setenta, recopilados por Bear Family. Os los recomiendo si os gusta este tipo de música.

Con el nacimiento de su hija Anna se centró en la interpretación (la Mendt no deja de ser un poco una austroMassiel) en diferentes teatros vieneses, así como en series y telefilmes de la televisión pública austriaca (ORF). Su gran éxito como actriz fue en una de las series de largo recorrido de la ORF, Kaisermühlen Blues, de la que se recuerda la sintonía, un blues que Mendt canta en este vídeo:

La Mendt, una de las artistas más respetadas en este país, ha participado en diversos telefilms en los últimos años (tal vez alguno la vio en un capítulo de Rex, un policía diferente –serie rodada en Viena- del año 2003) y desde 2005 es la cabeza visible de un festival de jazz en la ciudad de Sankt Pölten que lleva su nombre, el Marianne Mendt Jazz Festival en el que da cabida a nuevos talentos del jazz.
Su presencia en los medios se ciñe casi siempre a su carrera, ya que ella dice que no le interesa ser un personaje 24 horas al día, de ahí que no le importe que se hagan documentales sobre ella mientras friega los platos o que manifieste que le gusta ser ama de casa (así lo afirma en el documental Die Mendt de 2005). ¡Larga vida a la Mendt!