No disparen al televoto
Jacques
Cuando el pasado 18 de junio conocimos el voto desglosado del jurado y del televoto, algo me dijo que los eurofans españoles iban a comenzar su particular cruzada contra el voto telefónico. Pastora Soler presentaba una diferencia de 13 puestos en ambos escalados, quedando 5ª para los jurados y 18ª para los espectadores. Ese parece que es el principal argumento que están usando los abanderados del jurado para que la UER destierre el televoto o, en el peor de los casos, reduzca su importancia en el cómputo para la clasificación final.
Vale que el televoto ha premiado apuestas frikis y ha hecho evidentes muchas alianzas geoestratégicas entre países amigos. Estos parecen ser los dos defectos colaterales que tiene su uso, pero yo creo que la memoria de los eurofans es muy corta. ¿De verdad hay eurofans que quieren volver a los tiempos del jurado? Quiero recordar que los jurados demostraron tener un pésimo gusto en los años 80 y sobretodo 90, premiando con el primer puesto a trasnochadas canciones y dejando bastante apartadas del triunfo a canciones merecedoras de la victoria. Vrede (6º, 1993), Just a little bit (8º, 1996) o Miin histi dans (20º, 1997) podían haber revolucionado Eurovisión en su momento pero se convirtieron en desperdicios que pasaron sin pena ni gloria a la historia del festival. ¿Era sano para Eurovisión tanta victoria de Irlanda y tanta balada sobria?
Los jurados votaban también condicionados por alianzas geoestratégicas: Chipre y Grecia solían darse entre ellos alguna de las tres máximas puntuaciones, existía un frente común escandinavo y uno exyugoslavo. Cierto que en aquella época los movimientos migratorios no tenían voz ni voto y no existía el 12 unidireccional de Alemania a Turquía, de Irlanda a Lituania o de España a Rumanía, pero encontrábamos pactos entre jefes de delegación que han sido silenciados con el paso del tiempo. ¿Quién ha olvidado las intrigantes votaciones de Malta en los 90? No aburriré al personal enumerando ejemplos de corrupción en los votos, pero eran años en los que el señor notario de TVE se salía a fumar un cigarrillo y unos señores de negro obligaban a las amas de casa, los abogados y los ginecólogos del jurado a que votaran a un determinado país para que España no quedara mal en la votación. 1996 fue el año en el que se demostró lo podrido que estaba el sistema del jurado: Malta votó a Eslovaquia con 8 y estos le devolvieron el 12. También aquel año, España entró en un pacto a cuatro bandas con Chipre, Croacia y Malta, según hemos podido saber de fuentes muy fidedignas.
El televoto, usado a pleno rendimiento en 1998, consiguió conciliar el primer premio de Eurovisión con el gusto del público. ¿Cuantas ganadoras han sido éxitos internacionales en los últimos 15 años? A mí se me ocurren Diva (1998), Take me to your heaven (1999), Fly on the wings of love (2000), Everyway that I can (2003), My number one (2005), Hard rock hallelujah (2006), Fairytale (2009), Satellite (2010) y Euphoria (2012). ¿Cuantos éxitos internacionales hubo en los 15 años anteriores a 1998? ¡Tantas respuestas no, por favor!
En mi opinión el sistema de votación de Eurovisión ha de permitir que se alce con el primer puesto un tema capaz de convertirse en superventas en toda Europa. Da igual que una canción quede tres puestos mejor con el jurado que con el televoto, que haya países beneficiados por el voto telefónico que quedan en el top10 manden lo que manden o que otros países sean sistemáticamente castigados por el televoting. Aquí de lo que se trata es de elegir al ganador y en los últimos 30 años ha quedado muy clarito que el televoto tiene más tino a la hora de dar en la diana.
La instauración del televoto sirvió para conquistar al gran público y fue una de las novedades que nos llevaron al festival actual, junto a la supresión de la orquesta y la permisividad de cantar en inglés. Eurovisión se convirtió en algo más que un programa de televisión porque los espectadores podían dar su opinión con una sola llamada de teléfono. Además, Eurovisión es dinero y dinero es lo que recaudan las diferentes televisiones gracias al televoto (que se lo digan a TVE, que es la televisión europea que más caro cobra el voto). Podríamos plantearnos limitar el número de llamadas desde un mismo terminal para evitar votaciones compulsivas, pero en ningún caso deberíamos darle al voto telefónico menos del 50% del peso en la decisión final.
El televoto fue un logro y no es cuestión perderlo, pero… está claro que tiene que haber modificaciones a fin de dificultar votaciones masivas, quizás unas de las medidas seria permitir solo votar una vez a cada canción desde un fijo o un móvil, es decir si mi favorita es Suecia solo la podre votar una vez y el máximo de canciones a votar podrían ser diez.
Está claro que si nos apuntamos al carro de la gestión de votos podemos tener beneficios con el actual sistema. Por ejemplo, utilicemos al personal de las embajadas, como mínimo en dichas legaciones trabajan no menos de 10 personas x 20 votos = 200 votos, que en países como: Ary Macedonia, Azerbaiyán, Chipre, Albania, Bulgaria, Republica Checa, Bosnia, Croacia, Georgia, Malta, San Marino, podrían suponer conseguir dos o tres puntos extras de esos países
Miedo me da que si solo está el jurado volvamos a los múltiples triunfos de un solo país.
Resumiendo, 20 votos por cada canción me parece excesivo, eso se tendría que rebajar sustancialmente.
El televoto suele premiar más la cantidad que la calidad por decirlo de alguna forma. Más el espectáculo que la canción cuando, volviendo otra vez a lo mismo, Eurovisión es un festival de canciones. Sin el televoto ¿habrían ganado Letonia y Rusia? Para mí 2 ganadoras muy injustas. ¿Es justo el 18° puesto de España este año? . No creo, por otra parte, que se trate solo de elegir a un ganador sinó que haya justicia y las mejores canciones queden siempre por encima de las que no lo son. Por eso mismo yo no le daría más de un 25% de peso al televoto y el resto al jurado y que votara objetivamente. Cierto que el jurado comete también sus injusticias pero me parece que valora más justamente.