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Party for everybody

Juanma López-Arena

La primera vez que se celebró la fiesta Euroschlager en Madrid me pareció todo un acierto. Londres las celebra cada mes y son siempre un éxito. En el mes de diciembre de 2010, coincidiendo con nuestro congreso AEV de Londres, acudimos a una y no la olvidaré jamás. Eso sí era una fiesta schlager pura, con canciones que quedaron cuartas en MF 85 y cosas por el estilo. ¡Una gozada! La gente me preguntaba si era sueco, porque obviamente me sabía la letra de todas las canciones. “¿Tú me has visto a mí pinta de sueco?”, respondía yo; aunque con la cantidad de latinos que hay hoy en día en Suecia, bien podría ser. Me desvío, y en público. A lo que voy: la primera fiesta schlager en Madrid fue todo un éxito, y eso que era más light porque evidentemente tenía que atraer al público schlager pero también al eurovisivo mondo y lirondo que no tiene a la Perreli como su icono musical. Recuerdo que estaba el primero de la fila esperando a que comenzara la party y me fui de los últimos. Lo disfruté un montón.

Por eso, cuando el Presidente de OGAE España me propuso que la segunda la organizáramos a medias no lo dudé ni un instante. Ya no solo se trataba de disfrutar de una fiesta con música de Eurovisión que nos serviría a todos para calentar motores de cara al festival, sino que valdría también para estrechar lazos con el club OGAE España y fortalecer una relación que hoy es mejor que nunca. Pero además, el hecho de poder participar en la organización conjunta del evento nos permitiría unir sinergias y conseguir que cada fiesta fuera inolvidable.

Este año hemos hecho posible que ya no sea solo una fiesta schlager lo que se celebre, sino todo un fin de semana de diversión eurovisiva. Hemos tenido gente que ha venido de todos los rincones de España, pero también de Alemania o de Bélgica, sin olvidar a la estrella invitada de la schlager, nuestra Jenny Silver, que seguro será la primera de una larga lista de artistas suecos que querrán compartir con nosotros las vivencias de este fin de semana de abril.

Me da la sensación de que, a partir de este año, se va a institucionalizar el fin de semana schlager como una cita de obligado cumplimiento para todo eurofan con ganas de divertirse. A la fiesta schlager le seguirá la grabación del lipdub y luego la celebración de la cena de Eurovisión AEV-OGAE, que este año ha tenido tan buena aceptación. Y es que unir el placer de comer con el placer de charlar con el resto de eurofans mientras escuchamos (o vemos) los vídeos de ese año y homenajeamos a nuestras estrellas es una vivencia única, máxime cuando nos brindan un trato tan exquisito como el que han tenido con nosotros durante este fin de semana tanto el personal de la discoteca Coppola (DJ aparte) como el del restaurante Mesa y Placer.

Soy un firme defensor del movimiento eurofan y de todo lo que signifique apoyar a nuestro programa de televisión favorito que, además, es nuestra pasión. Pero estoy aún más a favor de que los eurofans compartamos esta pasión los unos con los otros, que nos reunamos, que nos conozcamos, que intercambiemos impresiones, experiencias y disfrutemos de esta afición común. Formar parte de la movida es siempre mucho más divertido y, desde luego, no tiene comparación con el eurofan pasivo y, por favor, no os vayáis por donde siempre… Ojo que no estoy criticando ni por asomo al eurofan que prefiere quedarse en casa con sus festivales, al que solo lee las webs de noticias o al que se reúne únicamente con su gente. Solo digo que compartir las experiencias es mucho más enriquecedor y que, las sensaciones que uno experimenta al disfrutar tanto de un fin de semana como el que acabamos de pasar, no tienen precio.

Una asociación o un club de Eurovisión es mucho más que una agrupación de personas con los mismos intereses. Cuando me inscribí en AEV en 1994 mi única intención era enterarme de las noticias eurovisivas lo antes posible, sin tener que esperar al anuncio de TVE en las revistas del corazón. Cuando participé en mi primer festival AEV en 1995, sentí que hacer cosas en común entre todos era una gran idea y cuando fui a mi primer congreso en 1996 descubrí que la asociación era mucho más que eso: era un foro en el que siempre contaría mi voz y una manera de vivir Eurovisión como jamás habría soñado. Una experiencia única.

Con el paso de los años, mi papel en esta asociación ha ido evolucionando. Ahora cualquiera diría que vivo por ella, como cantarían Marta y Andrea, pero lo cierto es que todo el esfuerzo y el trabajo que realizamos se ve recompensado en un fin de semana como este, en el que hemos visto a la gente disftutar, reirse, conocerse, interactuar, vibrar con cada canción e incluso entristecerse cuando llega el momento de la despedida. Esas sensaciones son las que hacen posible que, a pesar de que hoy no es necesario apuntarse a una asociación para conocer las noticias antes que nadie, la gente lo siga haciendo y esta tendencia vaya creciendo a medida que pasan los años. Antes esperaba deseoso la llegada del puente de diciembre para ver a mis colegas eurofans; por suerte ahora les veo en la Euroschlager de abril, en Eurovisión en mayo, en el Congreso de OGAE en octubre y en el nuestro en diciembre, sin contar las veces que me desplazo a ver a mis chicos a Valencia, Barcelona, Málaga… Donde quiera que vaya, allí tengo a mi gente dispuesta a abrirme las puertas de su casa y hacer de Cicerone por unos días. Sin duda una experiencia que va más allá del simple hecho de ser aficionado a Eurovisión.

Los lazos que tejemos durante fines de semana como este perdurarán a lo largo de los años. No me duelen prendas en decir que a mis mejores amigos de hoy en día los conocí en un fin de semana como este, y por eso estoy orgullosísimo de vivir Eurovisión dentro de una asociación. Y no lo cambio por nada.

juanpablo dice:

Felicidades por la columna Juanma. Muy de acuerdo en todo lo que dices, bueno en casi todo porque lo del eurofan pasivo que prefiere quedarse en casa con sus festivales no suena muy bien la verdad. Estamos hablando de una afición en concreto como es Eurovisión y para mí es tan válido el eurofan que no se pierde una fiesta que el que lo vive en la intimidad de su salón. Que cada uno lo viva como le plazca, que es como tiene que ser.

PD: Estoy encantado con las columnas de opinión. ¡Qué gran idea!

6miguel9 dice:

Tienes toda la razón. Este mundillo es muy especial. Y aunque yo no puedo ser objetivo porque lo veo y lo disfruto desde dentro, sé que incluso a los que no les apasiona Eurovisión, si vienen a nuestras fiestas y a nuestros saraos varios sin prejuicios, se lo pasan, como decís, churruki, y alucinan con nosotros. Musho arte es lo que hay en AEV (y OGAE), musho arte.

Jacques dice:

Yo me acuerdo de mi primer fin de semana eurovisivo allá por el año 1999. No acudí muy convencido, de hecho pensaba que me aburriría como una ostra y luego vinieron muchísimos más en los años siguientes…

karleken dice:

¡Ay, qué churruki!