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Buenafuente prueba su propia medicina

OPINIÓN/ Anoche los seguidores de la XXV edición de los Premios Goya padecieron la aparición del saltador Jimmy Jump, que ya le aguó la fiesta a Daniel Diges el pasado mes de mayo en el transcurso de su actuación eurovisiva. El evento tuvo lugar en el eurovisivo Teatro Real de Madrid, sede del único Festival de Eurovisión celebrado en España. Sorprendentemente, Andreu Buenafuente, en vez de reirle la ocurrencia a su paisano saltador, declaró que «como catalán, me avergüenzo del imbécil que acaba de salir«.

Señor Buenafuente, ¿no era usted quien estaba encantado de la vida de dinamitar la preselección española de Eurovisión 2008 con Chikilicuatre? Fue usted quien dijo en su momento que Chikilicuatre «es un premio para los artistas que tienen el mérito de reinventarse, ser incorrectos y hacer buen humor«. ¿A qué viene llamar «imbécil» a un profesional del salto, que es lo suyo y que a su manera se reinventa, es incorrecto y tiene humor? Porque «imbécil» no creo que sea un señor capaz de poner en jaque al equipo de seguridad de una final de la Copa del Mundo, del Festival de Eurovisión o de los Premios Goya. Sería como llamar «imbécil» a un señor con tupé capaz de burlar los mecanismos de control del proceso de selección de canciones de TVE para Eurovisión. Jimmy Jump y Buenafuente tienen en común su condición de aguafiestas y su sentido del humor. Lo malo es que el presentador ha demostrado que sentido del humor, tiene muy poquito.

Señor Buenafuente, ¿no era usted quien mandaba a Santi Millán a reventar galas y a incordiar otros espectáculos? Todavía recuerdo el numerito que montó su esbirro Berto con la señora del décimo en la lavadora en el sorteo de Navidad de hace un par de años. Fue usted quien inventó el lema de «jodamos a los compañeros para hacer humor«. ¿Qué hubiera pensado usted si llegan a meterle una paliza a Santi Millán, Berto o al Chikilicuatre por fastidiar? Estoy seguro de que lo hubiera denunciado a los cuatro vientos. En cambio, usted mismo no ha tenido reparos en declarar a la SER que cuando vio a Jimmy Jump entre bambalinas se abalanzó sobre él, le increpó y «casi le suelto una hostia«. Tremendo.

Señor Buenafuente, ¿no fue usted quien se tomó lo de Chikilicuatre como «un premio a tantos años apostando por la transgresión y la provocación«? Porque desde luego, Jimmy Jump ha sido transgresor y provocador en los Goya. Que yo sepa, en los 25 años de Premios Goya, nadie ha irrumpido de manera tan veladamente provocadora y transgresora como el señor Jump. ¿Le robó protagonismo a usted? Qué lástima, que pena que sea usted tan malo improvisando que no le saliera ningún chistecito de sus anticuados monólogos y solo acertara a balbucear un tímido «imbécil». Hay mejores profesionales como Daniel Diges que, al menos, siguió cantando como si no hubiera pasado nada.

Señor Buenafuente, ¿no le suena a usted aquello de que «los que critican el «chiki chiki» son envidiosos o tontos que no entienden la broma«? ¿No será que usted es un envidioso incapaz de entender la broma que Jimmy Jump le ha gastado al cine español? Palabras como «imbécil» o «tonto» no deberían formar parte del léxico habitual de un monologuista de La Sexta, que logra hacer humor a través de la palabra. ¿No sabe usted tomarse con humor el numerito de la barretina? Estoy empezando a pensar que usted es envidioso o tonto, o ambas cosas a la vez.

Señor Buenafuente, ¿se acuerda usted de cuando dijo que Eurovisión «hace tiempo que abandonó cualquier objetivo de exaltación de la música«? Sabias palabras, sería como si alguien dijera que los Premios Goya «abandonaron cualquier objetivo de exaltación del cine español«. Porque ya me dirá usted, si nos ponemos a hacer demagogia, yo me cuestionaría cómo se entiende la marginación a Pedro Almodóvar, alabado en medio mundo, o las pésimas elecciones que se hacen año a año para elegir la película que representará a España en los Oscar? Y ya lo que le faltaba a los Premios Goya, que aparezca un impresentable aguafiestas y que se conviertan en el hazmerreir de Europa. Y no lo digo por Buenafuente.

La irrupción de Jimmy Jump me duele por los Premios Goya porque soy un entusiasta del cine español, pero me alegra enormemente si ha servido para hacerle pasar un mal rato a Buenafuente, experto en reventar el Festival de Eurovisión y en hacerle un daño, al menos en España, del que tres años después sigue convaleciente. Señor Buenafuente, espero que haya disfrutado usted de su propia medicina. Los eurofans hemos disfrutado viéndole perder los papeles y descubriendo que su humor es más falso que los billetes de 15 euros.