Un congreso sobre ruedas

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Pese a la conjunción de las inclemencias meteorológicas y la salvaje huelga de los controladores aéreos, los días que los socios de AEV que tuvimos la suerte de estar en Londres han resultado inolvidables. Otro año más, podemos decir que nuestro congreso ha resultado ser todo un éxito.

El viernes comenzamos la noche abatidos por las noticias que nos llegaban desde España, pero al final, un ataque de cordura nos hizo mirar hacia delante. Teníamos un fin de semana y muchos socios ilusionados dispuestos a participar de las actividades que desde hace meses teníamos preparadas. La fiesta schlager que OGAE UK organizó resultó muy divertida y eliminó la tensión de los primeros momentos.

El sábado nos dimos cita en el Hotel Hesperia London Victoria, frente a la estación Victoria de Londres. Unos videos que recordaron el pasado congreso en Alcalá de Henares y otro que nos daba la bienvenida a Londres 2010 inauguraron el congreso. Tiempo también para visionar las actividades que durante este año AEV ha realizado, con especial mención al lipdub de Algo Pequeñito, sin duda la actividad de mayor repercusión de nuestra Asociación este año. Poco a poco fuimos llenando la sala mientras discutíamos sobre la preselección española o la vuelta de Italia a Eurovisión. Y por fin llegamos a uno de los momentos divertidos de la tarde, la primera parte de Congratulations 5.

Mientras el goteo de gente iba aumentando y llenando la sala hasta completar el eurovisivo número de 25 asistentes. Puede parecer pobre este número, pero nos dimos por satisfechos dadas las circunstancias. Ha sido un congreso muy familiar, con momentos hilarantes y todos los asistentes han coincidido en que esto ha favorecido las relaciones de afecto y compañerismo del grupo. Esta la impronta que distingue a los congresos de AEV: seamos 25, 60 u 80, el grupo siempre está unido.

Retomamos las actividades con las votaciones del festival AEV, que estuvo más emocionante que nunca con tres provincias que se iban alternando en la primera posición y cuya clasificación final se decidió con los votos de la última provincia. Pronto sabréis quién ha ganado.

Tras el visionado de la segunda parte del Congratulations, nos convocamos en Asamblea para tratar los temas más serios de la asociación: aprobación de cuentas, temas relacionados con las distintas divisiones de nuestra asociación y elección de la sede del XX Congreso AEV. Salvador García propuso que se celebrara en Córdoba, moción que fue apoyada por los socios allí presentes. Además también decidimos realizar un congreso extraordinario en febrero para tratar temas de la Asociación en Barcelona y si ya conocemos la canción que representará a España en Düsseldorf, grabar un lipdub como ya hicieramos con Algo Pequeñito.

La cena fue servida en una sala anexa. Durante el transcurso de la misma, dimos nuestros tradicionales premios que con mucho humor y buen rollo recibieron los premiados.

La noche finalizó en el pub Escape, en pleno Soho, que se convertiría en nuestro punto de encuentro las siguientes noches.

El domingo por la mañana un grupo nos fuimos a Camden Town a pasear por el mercado y a hacer algo de turismo. Muchas, muchísimas risas las que nos echamos, y es que nuestra vuelta al centro en autobús la recordaremos siempre. Tras reunirnos con otros socios en el Támesis a los pies del Big Ben, nos fuimos a comer-merendar-cenar, y es que las costumbres y horas inglesas no coinciden mucho con las nuestras españolas. Fue un día inolvidable lleno de risas y, como es habitual, de buen rollo.

Y por la noche ¡fiesta eurovisiva! Desde las 8 de la tarde hasta las 3 de la mañana bailando música eurovisiva. Esa noche tenían previsto hacer dos actuaciones nuestras Glitter, pero otra vez los controladores aéreos desbarataron nuestro programa, pero no pudieron con nuestro ánimo ni con nuestras ganas de pasarlo bien.

Lunes, más turismo, por Greenwich Village y a las 3, visita al Royal Albert Hall. Impresionante el escenario donde nuestra Massielona ganó allá por 1968. Últimas horas para hacer compras y por la noche, despedida en el Escape. Sin duda, unos días inolvidables para todos los que estuvimos allí.