Eslovenia presenta el intimismo al extremo
En noviembre de 2018, Eslovenia anunció que para elegir a su representante en el Festival de Eurovisión que se celebrará en Israel en mayo, volvería a confiar en su ya tradicional final nacional, el EMA, aunque esta vez, con una novedad. Se suprimirían las semifinales previas, y la gala consistiría en una única final, que se celebraría el sábado 16 de febrero.
Para esta ocasión, se permitió de nuevo la libertad lingüística en los temas; eso sí, los intérpretes deberían ser 100% eslovenos. En el plazo establecido, la RTVSLO (televisión pública del país) recibió un total de 106 canciones (algo sorprendente, si comparamos, por ejemplo, con España, donde este año sin ir más lejos se han recibido más de mil temas). De entre todas ellas, 10 fueron seleccionadas por un comité interno para la gala final. Entre los nombres destacaban nada más (al menos para los que no somos eslovenos pero sí eurofans) los de Ula Luzar, representante eslovena en el Festival de Eurovision Junior de 2014, y Raiven, que se clasificó tercera en 2017 y segunda en 2016.
La gala se celebró en los estudios de la RTVSLO en Liubliana y estuvo presentada por la actriz eslovena Ajda Smrekar. Entre los 10 temas que se presentaban a concurso había varios estilos, desde el divertido, pegadizo y bailable Fridays, de Ula Luzar; las baladas intimistas de Fed Horses, Okusticni, Renata Mohoric o los finalmente ganadores Zala Kralj & Gašper Šantl; los temas rockeros de Kim, Lumberjack o Inmate; hasta los temas más modernos de René, y sobre todo de Raiven, que presentó el tema Kaos, un título que perfectamente ilustra el estilo de la canción.
Tras la presentación de los temas, un jurado compuesto por tres miembros de «expertos musicales» seleccionó sus dos favoritas para batirse en duelo ante el criterio del televoto. Estos dos temas eran posiblemente de los más modernos de la final; los de Raiven y Zala & Gašper, pero en estilos muy distintos: el primero muy llamativo y a veces ruidoso, y el segundo excesivamente intimista. Y la sorpresa llegó, precisamente, por la elección como ganadora del televoto (con un aplastante 73%), y por tanto representante de Eslovenia en Eurovisión 2019, de este segundo tema, titulado Sebi (Uno mismo). Ni estaba entre las favoritas ni despertaba interés alguno en los distintos tops que se fueron publicando en redes sociales y Youtube las semanas previas.
Como decía, se trata de una balada muy intimista, interpretada sin apenas ganas (pero creo que es lo que le va a esta canción) por la «pavisosa» Zala (que también le va que ni pintado a esta canción), junto a Gašper tocando la guitarra. Las primeras escuchas no dicen nada, pero a medida que se va escuchando más, se va quedando, y hasta resulta un tema muy interesante. El año pasado Eslovenia no contaba en absoluto como candidata a pasar a la final del sábado, pero lo consiguió. Así que este año es muy posible que vuelvan a repetir la hazaña e incluso superen la posición de Lea Sirk en Lisboa (cosa, por otro lado, no muy difícil). ¡Suerte, Eslovenia!