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Hasta Siempre, Lys Assia

Está siendo este 2018 un año especialmente triste en cuanto a despedidas de mujeres eurovisivas históricas. Comenzábamos el año con la muerte de France Gall, luego Madalena Iglesias, esta misma semana Katie Boyle y hoy sábado 24 de marzo la noticia del fallecimiento de  Lys Assia nos ha dejado muy entristecidos a quienes amamos el Festival de Eurovisión.

Una joven Lys Assia (c)pinterest

Y es que aunque para muchos eurofans los años 50 son una época olvidada, oscura y poco recordada, Lys Assia iba más allá de haberse marcado el hito de ser la primera ganadora del Eurofestival o incluso haber representado tres veces consecutivas a su país. Lys Assia, con su amor por el festival se había dejado querer por generaciones de seguidores de Eurovisión gracias a su personalidad y generosidad.

Fuera en programas conmemorativos, encuentros y congresos de eurofans o acudiendo anualmente a verlo como espectadora in situ, Lys Assia se dejó conocer y su activa vida hizo que todos, independientemente de cuando se hubieran unido como seguidores, la conociesen y tuviesen cariño por ser una mujer realmente entrañable.

Hace apenas veinte días había cumplido los 94 años. Nació en 1924 en la localidad de Rupperswil, en el cantón germanoparlante de Argovia, al norte de Suiza, aunque pronto se trasladó con su familia a Zürich. Su nombre real era Rosa Mina Schärer y fue la pequeña en una familia de once hermanos. Desde pequeña recibió clases de ballet a las que seguirían lecciones de canto en el conservatorio. A los 16 años debutaría en un escenario sobre  el Corso de Zürich, una ópera de aquella época en la ciudad helvética. Durante la 2ª Guerra Mundial se presentó voluntaria para amenizar a las tropas francesas en Niza. Era 1942 y la  discográfica  más potente en aquellos tiempos – «La voz de su amo» – en su rama suiza buscaba nuevos talentos y la eligió a ella, que firmaba a sí su primer contrato discográfico.

Lys y su esposo, el diplomático Oscar Pedersen, fallecido en 1995.(c)bt.dk

Una vez terminada la guerra llegaría su gran oportunidad. Durante una gira de conciertos por París, surgió la oportunidad de sustituir en el cartel de una sala a una enferma Josephine Baker. Gustó tanto que la contrataron fija. En 1950 obtiene su primer gran éxito en toda Europa, versiona una canción de una opereta antigua titulada «O Mein Papa» y se convierte en un tema que la haría tremendamente popular en Alemania, Suiza, Francia y Austria. Posteriormente todos los importantes de la música germana harían versiones de la canción de Lys. Aquí la vemos con el también eurovisivo Michael von der Heide cantándola en un programa sobre la música suiza en 2007.

 

La canción se radia y está en los top parades durante los primeros años 50. En 1956 cuando Lugano acoge el 24 de mayo el primer Festival de Eurovisión, Lys Assia ya era un nombre conocido en la mayoría de países participantes. Curiosamente lo hace con una canción en francés, «Refrain», y quizás así su popularidad en los países germanos y francófonos hizo de ella la ganadora natural de aquella primera edición. Al año siguiente repetiría en Frankfurt, con «L’enfant que j’etais» pero queda penúltima, en 1958 vuelve con «Giorgio» , un divertido tema en italiano, que quedaría a tres puntos del ganador y que habría dado a Lys su segunda corona de no ser porque los jurados alemán y austríaco la ignoraron sorprendentemente.  Cabe decir que en las tres ocasiones, Lys logró su pasaporte eurovisivo ganando las preselecciones suizas de cada año, lo cual añade más mérito a su carrera.

En 1957 se casa por primera vez, pero su esposo fallece repentinamente a los nueve meses. Lys se encontraba en el apogeo comercial de su carrera. Lys,  que siempre cuidó seguir cultivándose y codeándose en ambientes de intelectualidad, conoció al cónsul danés Oscar Pedersen y terminaron contrayendo matrimonio en 1963. Pedersen fue destinado a países latinoamericanos en los años 70 y Lys aprovechó para aprender español, idioma que hablaba con fluidez junto al alemán, francés, italiano, inglés y danés. Toda una poliglota. Además intervino como actriz en más de 12 películas.

Su carrera discográfica no volvió a brillar tan lustrosamente como en los años 50, pero Lys siempre permaneció cercana al Festival. Intervino en las bodas de plata de la gala de Oslo en 1980  y en las de oro de Copenhague en 2005 y acudía a todos los eventos eurovisivos a los que era invitada. En 1985 Lill Lindfords la mencionó y ella en el público se levanto a saludar ante la ovación que conmemoraba los 30 años de su triunfo. En 2003 apareció al principio de la emisión para enviar un saludo desde Chipre y en 2008 dio inicio a la votación. Tampoco podemos olvidar que en 2012 sorprende con su candidatura en la preselección suiza con la autobiográfica «C’etait ma via» de Siegel y Cara, dos míticos compositores de éxito eurovisivo. Quedaría octava.

 

Desde aquí enviamos a sus seres queridos y todos los eurofans nuestro sentimiento compartido de tristeza. Siempre te recordaremos, Lys Assia.