Los aspirantes a Eurovisión 2016 (III): María Isabel
El regreso de la ganadora de Eurovisión Junior 2004 como toda una mujer
Nacida en Ayamonte, Huelva, en 1995, María Isabel López Rodríguez, conocida como María Isabel se dio a conocer al participar en la preselección española para el Festival de Eurovisión Junior 2004. En el programa compite con otros artistas conocidos entre el mundo eurofan como Mirela y Blas Cantó (futuro componente de Auryn). La onubense gana el concurso con «Antes muerta que sencilla» un tema desenfadado y pegadizo que fusiona los ritmos árabes con los sonidos pop y el flamenco. La onubense acude a Lillehammer (Noruega) donde conquista la victoria con 171 puntos y ocho puntuaciones máximas. El tema se convierte en un auténtico hit. Había nacido una estrella. Ese mismo año ve la luz su primer álbum No me toques las palmas que me conozco con el que logra cuatro discos de platino.
Al año siguiente se edita su trabajo bajo el título de Número 2, momento en el que saca a la venta su propia colonia. Le seguirían los álbumes Capricornio, Ángeles S.A.(banda sonora de la película homónima en la que actúa) y Los Lunnis con María Isabel, este último editado en 2009. Artista polifacética, además de cantante y actriz, ha sido presentadora del programa Los Lunnis e, incluso, ha llegado a desfilar como modelo.
Durante unos años abandona la escena musical, época que ha aprovechado para terminar sus estudios, preparar su voz y asistir a clases de interpretación. Ha seguido viviendo en su ciudad natal, de la que es hija predilecta, pero no reniega de aquella etapa infantil, todo lo contrario, afirma que volvería a ella «con los ojos cerrados». Otoño de 2015 significa su regreso a la música con la publicación de su trabajo «Yo decido». El álbum contiene 10 temas y con producción a cargo de David Santisteban. Su primer single «La vida solo es una» es, además, la propuesta de la onubense para representar a España en Estocolmo. Se trata de un tema bailable obra de su mismo productor, con un ritmo muy veraniego, donde experimenta con los sonidos electrolatinos y en el que muestra una voz más madura pero que no deja atrás el aire flamenco. En palabras de la cantante, es «un canto a la vida lleno de frescura y optimismo».