Sonaban a ganadoras….y se quedaron con las ganas
Carlos Quiles / Cuantas veces hemos escuchado expresiones tan típicas como “suena a ganadora” o “se va a llevar el triunfo de calle” siempre que algún país sacaba un tema que nos dejaba a todos con la boca abierta y el Windows Media Player lo “rallábamos” de tanto escucharlo. Luego, llegaban las votaciones y el top10 para esas canciones se convertía más en un acto de fe, que el milagro de los panes y los peces. Muchos habríamos deseado ver triunfando a Let my try, Rapsodia, Undo o Il faut du temps pero hay muchos otros temas que se merecían la victoria y no pasaron de un sexto lugar. Con el objetivo de hacer un repaso a esas canciones y esperando que compartáis mi opinión (al menos en una gran parte) mi columna de este mes trata de aquellos temas que no se llevaron el gran premio pero si recibieron el aplauso unánime del público. Empezamos:
En el saco de canciones que se quedaron a las puertas del top5, podemos hablar durante días de un gran número de preciosas baladas. Portugal destaca por ellas y aportaron tres preciosas temas de este género con las maravillosas Dulce Pontes, Sara Tavares y Anabela. A pesar de sus excelentes interpretaciones, solo las dos primeras alcanzaron un octavo lugar y A cidade ate ser dia se tuvo que conformar con una décima posición. Merecieron más, mucho más.
Respecto al big5 son muchas las injusticias cometidas a las canciones que los cinco “grandes” han aportado a Eurovisión. Italia ha sufrido la injusticia de los votos al haber dejado temazos como Avrei Voluto y L’essenziale relegados a unas clasificaciones (noveno y séptimo lugar respectivamente) que no eran un reflejo real de la gran calidad musical de las mismas ni de los cantantes que las defendieron. Para muchos, merecían haber ganado con total merecimiento. España y Francia saben lo que se sufre cuando te dan por ganadores a las primeras de cambio y luego toca sufrir para lograr un puesto decente en el top10. Francia con la grandísima Patricia Kaas y su Et si fallait le faire presentó uno de los números más elegantes y de mayor calidad del festival. A pesar de todo, solo logró un octavo lugar y gracias al jurado, de ser solo televoto no le habría salvado de un discretísimo decimoséptimo lugar. España con Quédate Conmigo puso sus esperanzas en lograr un triunfo después de décadas de sequía pero a medida que avanzaban las votaciones solo pudimos luchar por una décima posición, más que merecida pero agridulce por las expectativas puestas en la canción y en Pastora Soler. Después de una grandísima actuación el puesto obtenido nos dejó con una mezcla de rabia, tristeza e impotencia. Eso sí, lográbamos al menos estar entre los diez mejores, algo que era un espejismo en años anteriores. En 2014, volvió la ilusión con Ruth Lorenzo y su Dancing in the rain. Muchos se frotaban las manos con un Madrid 2015. Aunque la murciana puso todo su fuerza en la canción y tenía muy buenos méritos para alcanzar el top1 con total justicia, los países nórdicos nos impidieron alcanzar un octavo lugar que nos habría dejado igual pero si nos habría venido bien para nuestro orgullo propio el volver a recuperar los años de Rosa y Beth donde a España le resultaba “chupao” quedar entre los diez primeros.
Hay otros países que aportando excelentes temas a Eurovisión ya fuese por el idioma, el intérprete o que “ya estaba todo el pescado vendido” tuvieron que conformarse con un puesto de consolación dentro del top10 y de eso sabe mucho Holanda. País que ha llevado muy buenos intérpretes y canciones pero de trayectoria muy desigual. Vrede y Birds son dos temas de muy diferentes estilos pero de una calidad innegable. Ruth Jacott con un look más moderno para aquellos años y Anouk con un estilo más “indie” consiguieron muy buenas posiciones (séptima Ruth, novena Anouk) para el país de los tulipanes pero que sabía a poco teniendo en cuenta que incluso Birds se la daba por ganadora en algunos charts y encuestas. Aún así, mejorarían su clasificación solo un año después.
Los países balcánicos, han aportado muchos temas de calidad al festival pero pocos de ellos han sido considerados como potenciales ganadores. Ya solo con llegar a un top10 para muchos fue un éxito. Eslovenia, Bosnia Herzegovina y Croacia tienen que decir algo al respecto. Prisluhni mi, Nostalgija y Energy podrían haber ganado perfectamente el festival. Presentaban a cantantes solventes, unos temas efectivos y efectistas y cada uno con su estilo, aportaban gran calidad al festival. Lamentablemente en esos años todavía los países tradicionales mandaban en las votaciones y relegaban a los recién llegados a puestos honrosos pero lejos de la victoria final. Dos séptimos lugares para Eslovenia 95 y Eslovenia 2001 y un sexto lugar para Croacia 1995 es el premio que pudieron alcanzar. Con Love in Rewind, Bosnia Herzegovina tenía todas las papeletas para ganar, un veterano cantante que ya conocía el éxito en Eurovisión, un tema optimista, simpático y agradable y un coro que animaba al publico con sus gestos pero Suecia y Azerbaiyán sonaban más fuertes para el triunfo y el segundo se llevó el gato al agua. Ojalá el país balcánico vuelva al festival y a deleitarnos con sus mejores temas, aquellos que son únicos, con firma propia y nos transmiten esa sensibilidad balcánica que en otras ocasiones han sido mejor valoradas.
En esta lista faltan muchas como Rändajad, Duett, Milim, Just a little bit, Me and my guitar y tantas otras que son ejemplos perfectos de temas que tenían cualidades suficientes para estar en el Olimpo de Eurovisión, pero no siempre las votaciones son justas con quien lo merece. Veremos si en este 2015 la tradición continúa y grandes canciones conquistan un octavo o noveno lugar que para muchos, es como quedarse en tierra de nadie. Este año, ¿habrán nuevas víctimas del triunfalismo temprano? Yo creo que sí. Hagan sus apuestas.