El conchitismo dos meses después
Guille / ¿No queriais conchitismo? Pues tomad dos tazas. No sé si alguno más tiene en la cabeza los ismos eurovisivos. Ismos como el surrealismo, dadaísmo (o, en su versión más prosaica, el tamarismo) tienen fecha de nacimiento y, muchos de ellos, fecha de caducidad.
De los ismos eurovisivos solo se mantiene, para gran parte del público, el Abbaísmo. El resto se olvidan en los meses veraniegos después de la victoria eurovisiva. Por ejemplo, el Loreenismo duró más pues la Euphoria de Loreen se escuchó bastante: fue un ismo más bien musical. En cambio, el Lordismo fue más extramusical buscando por ejemplo las fotos de los monstruosos Lordi sin máscaras. O más lejano el claro precedente de Conchita Wurst fue el Danaísmo, con la victoria de la transexual Dana Internacional. En ambos casos, la apariencia del cantante (Lordi y Dana Internacional) ensombrecieron la canción ganadora de ese año. Y me temo que este año pasa lo mismo: el conchitismo hace sombra a la canción ganadora e incluso unos cuantos han olvidado ya que Conchita ha ganado Eurovisión. Mucho me temo que una señora (mayor) de Cuenca (se utiliza este nombre para hablar del espectador prototípico de televisión) si ve algún programa de Telecinco (Sálvame, Hable con ellas, Hay una cosa que te quiero decir, etc.) pensará que la tal Conchita es una nueva colaboradora de Sálvame, por ejemplo. Creo que no soy el único en desear que las preselecciones o incluso las retransmisiones de las semifinales y final de Eurovisión pasen a Telecinco: exprimirían todo al máximo y además, en su rinconcito de Qué tiempo tan feliz se podría ver -como este año- a antiguos eurovisivos españoles (de los sesenta, de los setenta, de los ochenta, etc.), que desde que José Manuel Parada no los recoge en Televisión Española parecen casi vetados en el ente público.
El conchitismo ha roto fronteras y Conchita Wurst ha pasado ya por varios países europeos y suele haber unanimidad: se gana al público, se muestra inteligente, cauta y por ahora nada ha ensuciado su victoria. Eso sí su futuro no está tan claro. Bien es cierto que su canción por tierras austríacas ha dejado de escucharse. La televisión pública ORF tuvo que sacar improvisadamente el CD single con el Rise like a phoenix una vez ganado el festival pero la canción ganadora en las listas de éxitos ha sido el segundo puesto de Países Bajos, Calm After the Storm de The Common Linnets (la austríaca está a mediados de julio en el puesto 24 de la lista de singles de Austria mientras que los holandeses en el puesto 3).
Pero la victoria ha dado para mucho, Conchita ha copado espacio en la televisión austríaca y también en otros medios como en las (no muy numerosas) revistas de este país ha copado portadas (la Super Pop alemana, la Biblia de adolescentes Bravo ha aprovechado para recoger su caso como ejemplo para superar la homofobia adolescente).
De las entrevistas o comentarios más interesantes tal vez destaque el de la revista activista gay austríaca Pride (lo que sería en España el boletín de asociaciones como Casal Lambda, COGAM, Colegas, etc.). Fue el primer medio en el que Tom fue portada y en su última edición ha agradecido el apoyo, si bien Conchita (y Tom Neuwirth) sigue existiendo que no ni ella ni él son modelos de nada, pero que aprovecha la circunstancia para mostrarse con su nueva identidad artística.
Y a partir de aquí un pequeño totum revolutum del conchitismo:
Poco se sabe de la pareja de Tom Neuwirth (supuestamente un periodista de mayor edad), pues los medios austríacos han respetado este aspecto y los paparazis se han abstenido de buscar a Conchita afeitada, con la barba mal arreglada, etc. El que era anunciado como marido de Conchita, el boylesque Jacques Patriaque (véase el artículo de las preselecciones de Olevisión 68/69) no era más que el marido postizo de la señorita Wurst).
Los fans internacionales de Conchita han surgido como setas. Su más rendido admirador ha resultado ser el diseñador francés Jean Paul Gaultier cuya nueva musa es Conchita. Pero también, Cher, Elton John, etc. Fans nacionales dentro de Austria no le faltan (y supongo que envidias entre antiguos representantes austríacos eurovisivos). Uno de los primeros en mostrar su orgullo fue el otro ganador por Austria en Eurovisión, allá por 1966, Udo Jürgens cantó entonces Merci, Chérie y después de la victoria su sentimiento era Merci, Conchita.
Más curiosos han sido los casos de artistas que han dado conciertos en Viena después de la victoria de Austria en Eurovisión. Los Rolling Stones dijeron en el concierto que no tenían voz para versionar a Conchita, algo que sí hizo en una versión muy íntima Tori Amos. La madre del pop alemán, Nena (la de 99 Luftballons/99 Red Ballons) también ha caído en el conchitismo y ha querido a Conchita como telonera en su concierto en la ciudad austríaca de Graz.
¿Alguien quiere ver a Conchita desnuda? Su desnudo fue anterior a Eurovisión. Posó con fines artísticos para el colectivo TEAM[:]niel, como si fuera una diosa romana.
Si ha habido un perdedor con el conchitismo ha sido Alf Poier, el representante austríaco de 2003 (Weil der Mensch zahlt). Con sus comentarios (para algunos homófobos, para otros jocosos ya quenunca se sabe si habla en serio o no) acerca de la identidad de Conchita se ha ganado la cancelación de su contrato con el representante René Berto que también es manager de Conchita.
La prueba más clara de que su victoria ha calado en el público no eurovisivo puede verse en este anuncio de una empresa de azulejos austríaca. El que se conchitarize y envíe su foto a lo Conchita en su baño puede ganar 2 000 euros. El concurso ya ha acabado, así que no lo intentéis.
Acerca de dónde se celebrará Eurovisión 2015. ¿Viena, Innsbruck o Graz? Da igual. Da salchicha. Es decir: Es ist wurst!