Por ti, Marlene Dietrich
Marlene Dietrich es una actriz y cantante berlinesa nacida en 1901 que adoptó la nacionalidad norteamericana y que hoy en día es uno de los mitos del séptimo arte. Inalcanzable, indomable, sensual, glamourosa, fría… Pero, ¿qué tiene que ver esta señora con Eurovisión? Sigue leyendo y descubrirás su conexión eurovisiva y los principales hitos de su carrera.
Marlene fue homenajeada en Eurovisión 1970 por la canción de Mónaco. En el texto se habla de la figura de esta epatante estrella del cine y se menciona alguna película suya, como El ángel azul (1930), gracias a la cual fue conocida en todo el mundo. La letra de la canción es de Henri Djian, autor francés que escribió los textos de otras dos eurocanciones: La source y Un jardín sur la terre. La intérprete de este homenaje a la Dietrich fue Dominique Dussault, una francesita cuya carrera musical no ha tenido más repercusión que su participación por Mónaco en Eurovisión. La canción quedó en 8º puesto con 5 votos (no vamos a cometer la indiscreción de decir cuántos participantes hubo en 1970). Estamos seguros que la Dietrich, que por aquellas fechas seguía cantando a sus 69 años, hubiera arrasado en las votaciones de toda Europa.
Marlene fue famosa por su imagen de femme fatal y por ser la personificación del glamour. Tuvo varios romances con hombres de la talla de Yul Brynner, Ernest Hemingway o su gran amor, el actor y militar francés Jean Gabin. Se le atribuyeron romances con mujeres, algunas de ellas muy famosas, y es que Marlene no ha perdido la capacidad de sorprender ni siquiera a la sociedad del siglo siguiente al que vivió. Uno de los temas unidos irremisiblemente a esta actriz alemana es Lili Marlene, canción de amor a una mujer que la mayoría conocemos por el cover que hizo Marta Sánchez con Olé Olé a mediados de los años 80. Aquí tenemos la soberbia interpretación de Marlene Dietrich.
En Alemania la consideraron una traidora por haberse nacionalizado estadounidense (1937) y haber cantado a las tropas norteamericanas que combatían a sus propios compatriotas en Europa y África. Tras el fin de la guerra en 1945, la población del Berlín liberado le brindó una bienvenida apoteósica, pero en 1960 la abuchearon y le escupieron en actos públicos. Ella dijo que «odiaba a los alemanes» y se negó a hablar en su lengua materna con un conocido productor cinematográfico germano. La reconciliación con Alemania llegó con su muerte en 1992, cuando su hija Maria la enterró por propio deseo en un cementerio de Berlín.
Su carrera cinematográfica está jalonada por medio centenar de películas. Rodó a las órdenes de Ernst Lubitsch, Orson Welles, Fritz Lang, Billy Wilder y Alfred Hitchcock. ¿Hace una peli suya una de estas frías tardes de enero?