Bulgaria quiere ganar Eurovisión con Victoria
En octubre, Bulgaria anunció su regreso al festival tras su ausencia en la pasada edición por motivos económicos. Así, el 25 de noviembre la BNT organizó una rueda de prensa especial para desvelar la identidad del representante elegido internamente. Así conocimos que la abanderada búlgara en Eurovisión 2020 será la joven Victoria Georgieva, una de las artistas más prometedoras del país. Con esta candidatura, la delegación se marca como objetivos conseguir el éxito comercial a largo plazo de la representante, desarrollar la industria creativa del país, establecer alianzas internacionales y dar una imagen positiva de Bulgaria y de sus gentes.
Victoria y su equipo, la BNT y un grupo de expertos internacionales han sido los responsables de seleccionar la canción búlgara de entre seis posibles opciones. La elección ha recaído en Tears getting sober, una balada que ha sido grabada con la Orquesta Filarmónica de Sofía. Está compuesta por la propia intérprete junto a Borislav Milanov, Lukas Oscar y Cornelia Wiebols, de Symphonix, la productora musical responsable también de las candidaturas alemana y maltesa. El tema cuenta una historia de superación del dolor y los miedos, y tiene como objetivo inspirar y dar esperanza a las personas afectadas de problemas de salud mental. Ha tenido una buena acogida colocándose en lo alto de las apuestas.
La cantante y compositora Victoria Georgieva nació en Varna (Bulgaria) el 21 de septiembre de 1997. Comenzó a cantar a los once años, se formó musicalmente en la academia Angel Voices de la mano de Atanaska Lipcheva e intentó participar en las tres primeras ediciones del Factor X búlgaro, sin superar la fase de audiciones al no convencer a los jueces, debido principalmente a su corta edad. Sí lo consiguió en la cuarta edición del programa en 2015, donde Kristian Kostov fue subcampeón y ella obtuvo la sexta posición, siendo apodada la Adele búlgara. Desde entonces ha publicado varios sencillos y se espera que este sea el año de lanzamiento de su primer álbum.
Por José Ángel Muñoz