Sigüenza 2019: historia a ritmo de Eurovisión
Del 5 al 8 del pasado mes de diciembre, como viene siendo costumbre, se celebró en Sigüenza el 28º Congreso de nuestra asociación. Una vez pasado se puede hacer una valoración sobre su preparación, su realización y la huella que ha dejado.
Si por algo es conocida Sigüenza es por tener mucha historia, cabe mencionar la reciente estrenada candidatura a ser nombrada Ciudad Patrimonio de la Humanidad. Y se puede llegar a afirmar que este Congreso también sumó historia a la Ciudad del Doncel, Sigüenza. Ha hecho historia el que Sigüenza fuese propuesta como ciudad candidata para celebrar el Congreso por alguien, quien escribe, que lleva poco tiempo como miembro de AEV, pero que, avalado, animado y ayudado por Pedro Björk, no dudó en percibir las necesidades para el Congreso y descubrió lo que Sigüenza podría aportar a estas.
El hecho de prepararlo ha sido apasionante. El decirlo de esta manera no resta nada a la tensión que uno tiene al asumir una responsabilidad de semejante altura: hacer que todo salga a la perfección y, sobre todo, que todos los que asistiesen «se sintieran como en casa».
Todo esto fue muy llevadero por varios motivos: una Corporación Municipal entregada al máximo y eso que, podemos decir, estaba todavía de estreno, ya que había tomado posesión del Ayuntamiento en el mes de mayo. Esto no evitó que asumieran el proyecto con entusiasmo y pusieran todo tipo de facilidades tanto humanas como logísticas y económicas. Nada era obstáculo para que se celebrase el Congreso. Junto a ello, nuestra Junta Directiva también fue un apoyo importante, es más, esencial. Aceptaron todo tipo de propuestas, cambios y sugerencias, confiando plenamente en quien conocía el terreno. Con estos dos apoyos ya se podía gestionar todo; además, todos los implicados, Juan (empleado municipal), Parador Nacional, Bar L’Antigua, Oficina de Turismo, Maite la Lotera, pusieron muchísimas facilidades abriendo así las entrañas de Sigüenza para nuestro evento.
Ha hecho historia también su realización. Los días claves fueron los citados, del 5 al 8. En ese tiempo, todo el trabajo de preparación veía la luz. Todo estaba a punto y la guinda fue la visita de Lydia y su famoso vestido. Fue cercana, atenta, simpática, en definitiva, a pesar de ser la invitada, estuvo como una más, signo de su capacidad de empatizar con el público y el entorno. De lo acontecido en estos días se puede afirmar que Sigüenza aportó al Congreso, pero el Congreso aportó mucho a Sigüenza que, durante estos días, vibró al ritmo de Eurovisión gracias a la presencia de todos y cada uno de los asistentes quienes fueron los verdaderos protagonistas y a los que se les agradece, sobre todo, su estar ahí y así, como verdaderos eurofanes que lo viven con pasión e ilusión.
En definitiva, después de esta vivencia, humildemente me atrevo a decir: ¡cómo se escribe la historia! Siempre nos sorprende y de ella se aprende pero, a nosotros, al menos, siempre se nos escribirá con ritmo de Eurovisión.
Por Julio Arjona