Lo que pudo ser y no fue sobre Ucrania en Eurovisión 2019
Sí, seguro que muchos pensáis: ¿qué hace un artículo sobre Ucrania si al final no van? Pues como de un modo u otro si han formado parte de esta edición del Festival de Eurovisión, es necesario recordar lo que ha pasado y lo que está pasando con este país. Cuando pienso en Ucrania, tengo sentimientos encontrados. Y es que si bien, creo personalmente, han aportado mucho a la historia del concurso desde su debut en 2003, con grandes espectáculos año tras año, por otro lado, siento vergüenza ajena al ver los acontecimientos a los que han sometido al concurso en los últimos años.
Personalmente, estimo que la UER les ha permitido mucho, desde aquel Russia Goodbye enmascarado con ese «mantequilla y pepinillos» en mongol que nos cantaba Verka Serduchka, pasando por su polémico 1944, que les dio la segunda victoria en Suecia, y el escándalo provocado tras el veto a la participación de Rusia en 2017 siendo Ucrania anfitriona. Este año ya no solo siguen derivando sus problemas políticos con Rusia hacia el concurso, sino que se pelean con ellos mismos, vetando a sus propios cantantes por tener cualquier vínculo por pequeño que sea con ese país.
A todo esto, tenemos que añadir que la televisión pública ucraniana (UA:PBC) no pasa por su mejor momento económico y ha buscado ayuda para organizar su selección nacional previa a la STB, que desde 2016 se encarga del Vidbir. Además, somete a los cantantes a un contrato previo de autofinanciación casi absoluta para su promoción previa y participación en el concurso sin ningún tipo de cooperación, pero aceptando sin rechistar las órdenes de la televisión pública antes y durante el certamen.
En varias ocasiones, nombres conocidos se han sometido a la «pequeña dictadura contractual» de la UA:PBC, incluso hubo candidatos que han repetido varias veces, según contaron tras el Vidbir 2019, porque las condiciones no eran tan exhaustivas y el certamen es una gran plataforma para mostrar su música al mundo. Este año, la cantante Tayanna lo quiso intentar por tercera vez, pero decidió declinar su participación tan sólo unos días antes de la primera gala. Argumentó en diversas entrevistas que sus motivos fueron las condiciones abusivas del contrato a firmar con la televisión pública. En su lugar, y no sin cierta controversia, la STB decide contactar con Maruv, la cual es conocida dentro del país, pero que también tiene especial repercusión en el principal país «enemigo», Rusia.
Entre las dos galas previas, un total de seis candidatos consiguieron el pase a la gran final, marcada por los comentarios absolutamente politizados tanto de Jamala como de Andriy Mykhailovych (Verka). Si a las hermanas Anna Maria les preguntaron si serían capaces de prescindir de cualquier relación posible con su madre, la cual vivía en Rusia, a Yuko le recriminaban directamente no ser una buena opción ya que sus orígenes son rusos. Pero el momento más sonado vino cuando Jamala le preguntó a la vencedora si consideraba que Crimea es ucraniana, a lo cual respondió afirmativamente. A pesar de ganar, y de las condiciones contractuales mencionadas previamente, la UA:PBC amplió las condiciones del contrato solicitando a Maruv suspender los conciertos programados en Rusia, llevando todo esto a la renuncia por parte de la cantante y su equipo a participar en Tel Aviv.
Tras esta decisión la UA:PBC intentó contactar con los segundos y terceros clasificados (los únicos sin ninguna relación con Rusia), obteniendo la negativa por respuesta, y obligando a la cadena, por falta de recursos y tiempo, a retirarse de Eurovisión 2019.