Netta vence Eurovisión por Israel y España, de nuevo en la cola

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La gran final llegaba al 12 de mayo con la duda de si la pugna Israel-Chipre se acabaría reflejando en la votación. Sobre la gala planeaban otras incertidumbres como la de si habría divorcio entre público y jurado o si países como Noruega o Francia cumplirían las expectativas que se habían creado en torno a sus candidaturas. En cuanto a España la expectación ante una nueva representación salida de OT hacía presagiar grandes datos de audiencia tras dos años de caídas. Sin embargo, en el plano competitivo nuestra propuesta llegó muy descafeinada a la final a lo que hay que añadir que nos tocó el salir en segundo lugar, el puesto maldito. Eso sí, el pabellón plagado de españoles coreó con ganas el tema.

Tras la votación de los expertos, Austria quedaba en primera posición con Suecia segunda e Israel tercera. Pero el público cayó rendido a Netta y al fuego chipriota de Eleni Foureira otorgándoles la victoria (la cuarta en el palmarés israelí) y el segundo puesto, respectivamente. La delegación austríaca finalmente se tuvo que conformar con el bronce y, tras ella, dos Big 5, Alemania e Italia. 

Con su histórica victoria en Kiev la RTP asumió el reto de organizar por primera vez el Eurofestival. Con un presupuesto menor que el de otras ediciones, los lusos quisieron plantear un certamen eficiente en lo económico y menos espectacular en lo visual pero con la firme intención de mantener la calidad técnica del evento. Todo ello bajo la premisa de la elegancia y queriendo mostrar a Europa un país alegre y moderno. 

Las presentadoras

La televisión pública portuguesa contó con Catarina Furtado, Daniela Ruah, Filomena Cautela y Sílvia Alberto para las tareas de conducción del certamen. Las cuatro hicieron un buen trabajo mostrándose sonrientes y simpáticas, especialmente Filomena que hizo gala de su gran sentido del humor bromeando en la green room. A las presentadoras se las vio muy desenvueltas en su cometido notándose su experiencia en la profesión. Además, mostraron sus habilidades para el baile recordando algunos de los más populares éxitos eurovisivos durante la segunda semifinal. 

Comentaristas TVE

Por cuarto año consecutivo, apostó por un dúo de comentaristas para el certamen. Julia Varela volvió a ponerse frente a los micrófonos acompañada, esta vez, de Tony Aguilar, dj y profesional radiofónico y televisivo con larga trayectoria en medios de comunicación. La incorporación de Tony aportó frescura y viveza a un relato ganó en fuerza. Se notó una gran sintonía entre ambos locutores, así como el trabajo previo de búsqueda de información de los diferentes artistas. Víctor Escudero acompañó a los comentaristas con intervenciones en las que informaba del movimiento en redes sociales y aportaba datos históricos del festival. 

El jurado de España

El fenómeno OT también tuvo cierto reflejo en la composición del jurado español ya que TVE apostó por dos exconcursantes de la última edición como miembros del panel de expertos. Se trataba de los gallegos Roi (séptimo clasificado) y Miriam (tercera en la final). Acompañaban a los triunfitos el locutor radiofónico Rafa Cano, conductor de Dial tal cual y las cantantes y compositoras Conchita y Brisa Fenoy. Esta última había participado en la creación de Lo malo, el tema con el que Aitana y Ana Guerra defendieron en la preselección y que ha sido todo un éxito en listas de ventas. Repitió como portavoz la presentadora y modelo Nieves Álvarez quien anunció los 12 puntos del jurado español para Chipre que Eleni Foureira agradeció desde la green room con un: te amo España.  

El show

Portugal ya había adelantado que el certamen de este año presentaría un carácter más sobrio en comparación con el de anteriores ediciones y esa intención se apreció claramente en las galas. En el diseño del escenario ya había llamado la atención la ausencia de pantallas LED pero países como Alemania optaron por llevar su propio sistema de proyecciones. Quizá por ello el Festival pudo parecer algo menos espectacular que los de anteriores ediciones pero los shows mantuvieron un gran nivel de producción y la RTP cumplió con nota el desafío. La idea de los puentes laterales fue todo un acierto que algunos países supieron aprovechar en sus puestas en escena. Lo que no faltó fue la pirotecnia que hizo acto de presencia en varias actuaciones. El festival destiló un marcado sabor luso queriendo mostrar a Europa los principales atractivos de Portugal. Eso se pudo ver en las unas postales de nuevo muy bien diseñadas que tenían a los cantantes como protagonistas participando en diferentes tradiciones portuguesas o visitando algunos rincones del país. 

La impronta lusa también quedó patente en la final con el fado como inicio del espectáculo de la mano de Mariza y Ana Moura así como durante la espera de las votaciones con Caetano Veloso y Salvador Sobral. Todo ello presidido por una sencillez que también caracterizó a los interval act de las semifinales. En ellas habitualmente se cuenta con artistas invitados, sin embargo ese tiempo en la edición lisboeta se empleó en la emisión diferentes vídeos en sobre el festival. La anécdota la protagonizó de nuevo la incursión de un espontáneo en el escenario y ya es la tercera ocasión en la década que esto sucede. Esta vez ocurrió durante la actuación del Reino Unido cuya representante declinó la oferta de volver a cantar. 

El resultado

Israel sumó su cuarto triunfo tras los de 1978, 1979 y 1998. A diferencia del año anterior, en esta edición sí hubo disparidad en cuanto al primer puesto entre el jurado que se había decantado por Austria y el público que prefirió a Netta. Tras ella se situó Chipre que conseguía el mejor resultado de su historia. La favorita del jurado se tuvo que conformar con el tercer puesto mientras que dos miembros del Big Five completaron el top 5: Alemania e Italia. También merece comentarse el sexto lugar de la República Checa que logró el mejor puesto de todas sus participaciones eurovisivas gracias al televoto (el jurado la había dejado en la 15ª plaza). Lo contrario le sucedió a la séptima clasificada, Suecia, tercera para el panel de expertos pero 23ª para el voto popular. El público también fue severo para Francia y Albania que lograron mantenerse en la primera mitad de la tabla gracias al jurado. Los repetidores Alexander Rybak y Waylon no lograron acercarse al éxito de sus participaciones anteriores quedando 15º y 18º respectivamente. Por la parte baja, Reino Unido, Finlandia y Portugal completaron el bottom 3. En cuanto a España el dúo Amaia y Alfred no logró enamorar a Europa acabando 23º confirmando la deriva de una RTVE que en siete de las últimas diez ediciones ha terminado por debajo del puesto 20. 

Las audiencias 

Según datos de la UER, el Festival congregó frente a la pantalla a un total de 186 millones de telespectadores, una cifra muy similar a la del año pasado. Algunos países registraron audiencias históricas como Chipre donde casi 250.000 personas siguieron el segundo puesto de Eleni Foureira otorgando a la televisión chipriota su mejor dato desde 2003. Algo similar se puede decir de Francia y Portugal que, con 5,2 y 1,5 millones de espectadores respectivamente, obtuvieron su audiencia más alta de la última década. En el país ganador, Israel la cifra rondó el millón con una cuota del 50,9% siendo el mejor registro desde 2005. Estonia y Finlandia, por su parte, mejoraron sus datos con respecto a 2017 gracias a la clasificación para la final de sus representantes. Donde este factor parece no afectar es en Islandia país que aporta el share más alto del continente: un impresionante 95,3%. 

Seguimiento en España

Como era de esperar el éxito de OT se trasladó a la audiencia del eurofestival en España. Un total de 7.170.000 espectadores siguieron la gran final del concurso, lo que le reportó a La 1 de TVE un share del 43,5%. Casi un millón más se pusieron frente a la pantalla para seguir las votaciones, haciendo de esta edición la más vista desde 2008. Estas cifras, que suponen un aumento en más de tres millones y en más de un 16% con respecto a 2017, situaron al certamen como la emisión no deportiva con mayor audiencia durante el mes de mayo. Las semifinales también se vieron favorecidas por el efecto OT al obtener 746.000 y 524.000 espectadores respectivamente mejorando también los registros de Kiev 2017.  Pero hoy en día la repercusión del eurofestival también hay que medirla en las redes sociales. Eurovisión, una vez más, generó un enorme impacto ya que, según Kantar Media, en nuestro país se registraron más de 2,3 millones de tweets sobre el concurso escritos por casi 300.000 autores diferentes.

01	Ucrania	Mélovin	«Under the Ladder»	17	130
02	España	Amaia y Alfred	«Tu canción»	23	61
03	Eslovenia	Lea Sirk	«Hvala, ne!»	22	64
04	Lituania	Ieva Zasimauskaitė	«When We’re Old»	12	181
05	Austria	Cesár Sampson	«Nobody but You»	3	342
06	Estonia	Elina Nechayeva	«La forza»	8	245
07	Noruega	Alexander Rybak	«That’s How You Write a Song»	15	144
08	Portugal	Cláudia Pascoal	«O Jardim»	26	39
09	Reino Unido	SuRie	«Storm»	24	48
10	Serbia	Sanja Ilić & Balkanika	«Nova Deca»	19	113
11	Alemania	Michael Schulte	«You Let Me Walk Alone»	4	340
12	Albania	Eugent Bushpepa	«Mall»	11	184
13	Francia	Madame Monsieur	«Mercy»	13	173
14	República Checa	Mikolas Josef	«Lie to Me»	6	281
15	Dinamarca	Rasmussen	«Higher Ground»	9	226
16	Australia	Jessica Mauboy	«We Got Love»	20	99
17	Finlandia	Saara Aalto	«Monsters»	25	46
18	Bulgaria	EQUINΩX	«Bones»	14	166
19	Moldavia	DoReDos	«My Lucky Day»	10	209
20	Suecia	Benjamin Ingrosso	«Dance You Off»	7	274
21	Hungría	AWS	«Viszlát nyár»	21	93
22	Israel	Netta	«Toy»	1	529
23	Países Bajos	Waylon	«Outlaw In ‘Em»	18	121
24	Irlanda	Ryan O’Shaughnessy	«Together»	16	136
25	Chipre	Eleni Foureira	«Fuego»	2	436
26	Italia	Ermal Meta & Fabrizio Moro	«Non mi avete fatto niente»	5	308