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La segunda semifinal, ¡a ensayar!

(c) eurovision.tv

Tercer día de ensayos y debutan en escena los participantes de la segunda semifinal. Tras las pruebas de los dieciocho concursantes de la primera semifinal, Suecia, Australia, Finlandia, Portugal, Azerbaiyán y Armenia se colocan como los más probables finalistas. Hay margen amplio para Moldavia y Grecia, y el resto deberá repartirse las otras dos plazas que quedan con mayor o menor posibilidad en cada caso…

¡Empezamos la segunda semifinal!
 Serbia actúa primera con Tijana sola en escena durante buena parte del primer minuto y medio largo, muy elegante y con buena presencia como ella tiene. Vocalmente muy bien (incluso para ser temprano) y apoyada por el coro, que da buen impulso al tema aunque no se les vea en escena, decisión muy fea que se está extendiendo por la mayoría de las delegaciones. Un bailarín con la camisa abierta se incorpora al show, al estilo del vídeoclip, que aporta algo de entretenimiento y compañía pero muy poca originalidad. Todo muy 2005. El fondo se centra en gotas y burbujas de agua en su mayor parte. No es mal ensayo en absoluto pero el concepto parece bastante desfasado, aporta poco y la competencia es dura…

Austria tiene su mejor baza este año en la simpatía que irrada su cantante, Nathan Trent, Simpatía que traspasa la pantalla y logra empatizar con el espectador, además de una voz capaz de defender su tema sin el más mínimo problema. La presentación en escena escogida se basa en cómo Nathan interactúa con una luna inmensa, de la que se sube y baja y con la que juguetea. Además, al parecer, se pasea por encima de una caja de cristal, transparente por tanto, y eso hace el efecto que da título a la canción: «Correr por el aire». Algunos la juzgan ‘demasiado cursi’, un poco similar al año pasado con Zoë, lo cual dio un buen resultado… Puede terminar por ser la canción infantil del año.

Macedonia ha ensayado con Jana sola también en el escenario, enfundada en un traje poco elegante, que junto a sus movimientos y el fondo de ciudad de noche da al conjunto un aire de club de luces poco apetecible, a priori. No se mueve muy bien Jana, y en una canción titulada «Bailando sola» qué menos que esperar que la cantante sepa bailar. Vocalmente, en el vídeo no suena mal, según cuentan desde allí es bastante mejorable pero no el desastre que se temía. En general, parece claramente que la canción es muy superior a la cantante elegida, al menos hasta día de hoy, hay tiempo para mejorar.

Malta llega con la veterana Claudia Faniello, a pesar de no haber cumplido aún los 30. Su presencia en escena es bastante impresionante, que aporta clase y elegancia tras los dos números que la preceden. Igualmente lo es su voz, posiblemente una de las cuatro o cinco mejores de este año. Si bien el estilo de la canción es demasiado clásico, el conjunto destaca como serio y bien hecho, profesional y de calidad. Ella va de blanco con un traje de noche que mantiene la imagen de señora que ya daba en el vídeoclip. El fondo alterna colores oscuros con imágenes de Claudia cantando la propia canción que a decir de los allí presentes queda bastante bien. Quizás no lo tenga todo perdido Malta y consiga un pase a la final como lo hizo el año pasado o lo hicieran otras baladas clásicas en años anteriores.

Tras Malta llega el turno de Rumanía, y su barroco espectáculo con un fondo que aparece en un principio juvenil y jovial con nubes y letras infantiles que indican el título de la canción, y en un momento dado se llena de explosiones y cañones tanto en pantalla, como en el escenario (caída incluida en uno de los ensayos por parte de Alex Florea). El conjunto no pasa desapercibido, tanto por la canción en sí, que ya es lo suficientemente diferente como por lo que ofrecen en escena, muy lejos de aquello que menos es más. De voces van muy parecidos a lo que mostraron en su final nacional, por lo que posiblemente contará con el favor de todos a los que ya le gusta el tema.

A continuación las tres hermanas holandesas han aparecido en el escenario con bastante fuerza, y es que si el tema no es muy fuerte, ellas lo defienden de forma espectacular en escena, ya que sus voces empastan genial y dotan de mucha energía a «Lights and Shadows»  Vestidas en esta ocasión con tres modelos diferentes pero el mismo color y tipo de tejido, aparecen en un escenario sobrio, con gran variedad de juegos de luces y mostrando en la pantalla partes del texto de la canción.

A continuación, llega el turno de Hungría y Joci Pápai nos canta su tema folk Origo completamente vestido de negro pero con un vestuario similar al que mostró en su final nacional. Esta clarísimo que Hungría apuesta por su folclore, y en escena aparece una chica vestida con ropas tradicionales, y que interactúa con el cantante, bailando para y con él. En el pequeño satélite aparece una violinista que pensamos que no lleva su vestuario final, ya que de lo contrario, no estaría muy acorde con el resto del conjunto, ya que es excesivamente moderno y normal. Joci llega bastante bien de voz,y no hay cambios casi con respecto a lo que nos mostró en su final nacional.

 Llega el turno de Dinamarca y lo hace con Anja Nissen, enfundada en un original traje pantalón compuesto por top rosa y pantalones con volantes en diversos tonos de azul (no ha aclarado si será el vestuario definitivo). Las proyecciones led combinan tonos azules durante las estrofas y están llenas de tonos dorados durante el estribillo, con una erupción de partículas que surgen de la nada. Ella vocalmente no está nada mal, y se nota el buen apoyo que le hace el coro, aunque aún necesita mejorar algunos pequeños detalles, que a veces descontrola durante su actuación.

Por último en la jornada de hoy, llega el turno de Irlanda.  Brendan lo hará sobre una plataforma con un paisaje de fondo emulando montañas en tonos blancos y negros (como su vestuario) y al fondo en el centro la imagen de un globo aerostático, que al final del tema, parece que usa y lo combina con la plataforma que se eleva. Una actuación bastante efectista en la peculiar voz de Brendan,  Gran cambio vocal gracias a los coros que apoyan en los momentos más necesarios a la voz del solista. Buen espectáculo, al estilo de lo que Irlanda ofrecía en sus años dorados, pero sin resultar para nada antiguo.