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Suecia, a por el récord de Irlanda

Robin Bengtsson (de nacimiento Hans Robin Gustav) nació en el pueblo de Svenljunga, cercano a Göteborg, hace 27 años (los cumplirá el 27 de abril). Tras pasar una temporada en China en los 2000 con su familia, se dio a conocer para el público en la edición de 2008 del programa cazatalentos «Idol» de la televisión sueca, donde acabó tercero. Su carrera no tuvo mucha continuidad a pesar de ello y hasta 2013 (apodándose por entonces B Robin) no vio la luz su primer single, al que siguió otro en 2014 junto a un EP de tres canciones. Pero fue su paso por Melodifestivalen 2016 el que le dio el impulso final a su popularidad: fue quinto con «Constellation prize», aunque fue candidato al triunfo. En 2017 logró imponerse y llega a Kiev como uno de los tres favoritos a la victoria.

«I can´t go on» es un tema rítmico de tipo ‘electrónico’, con aires vintage y y unos arreglos y producción ejemplares, como suele ocurrir con las canciones que nos llegan desde Suecia. Si bien no cuenta con una gran originalidad sí resulta muy pegadiza y está bien construida y terminada, con un puente atractivo. El estilo, melodía y el aire general de la canción está perfectamente unido a la coreografía y la escenografía. Las unas sin la otra no valdrían tanto la pena, aunque está Robin para imponerle el justo punto de elegancia, sensualidad y simpatía, junto a los bailarines que aportan al conjunto un aire de profesionalidad que impacta a la primera. Es la versión modernizada de la historia típica del chico que cae rendido a los pies de la chica que le gusta. Nada más verla, es incapaz de resistirse a sus encantos personales y pierde totalmente el sentido por ella.

I just can’t go on no more (No puedo más)

When you look this freaking beautiful (Cuando me miras con tanto encanto)

Oh, hands down to the floor, my love (Me tiro al suelo, cariño)

And I’m doing whatever you want (Y hago lo que quieras)

I can’t go on, I can’t go on (No puedo más, que no puedo más)

Camino de empatar a Irlanda en el número de victorias en el festival, Suecia se ha convertido en el ejemplo a seguir para muchos o en el demonio símbolo de la música comercial para otros. Sea como sea, el éxito del país escandinavo en los últimos años es indiscutible, con cinco canciones en el top 5 y dos victorias desde 2011. Desde el batacazo en las semifinales de 2010, todo ha sido un éxito, a pesar del modesto 14º lugar como anfitriona en 2013. Además, varios de esos temas han sido éxitos internacionales en las listas internacionales. Bajo estos puntos de vista, Suecia se ha convertido en el modelo a imitar de cara al éxito eurovisivo y comercial.

Robin está tercero entre los favoritos a la victoria final en las apuestas y al triunfo en su semifinal. En ella, coincidirá con Islandia, Dinamarca y el Reino Unido, varios de los países que más se acuerdan de Suecia a la hora de votar. Abrirá las actuaciones de este año: primera en la primera semifinal, algo que hasta ahora nunca había ocurrido.

Valoración:

Canción: Buena

Interpretación: Muy buena

Sorteo: A favor

Estadística: A favor

Apuestas: A favor

Posibilidades: 95%