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Melodifestivalen 2017: Una final reñida, otro favorito para Eurovisión

El torbellino que durante seis semanas de invierno ha pasado por Suecia y el resto de Europa ya cesó. Melodifestivalen 2017 ya tiene un ganador que no es otro que Robin Bengtsson con su tema «I can´t go on». Gracias a su excepcional interpretación y su escenografía magistral logró convencer al jurado internacional, que lo situó en primer lugar, y al público, del que fue el tercer máximo favorito de entre los doce finalistas.

Un show excelente que hizo que canciones a un nivel algo inferior que los años anteriores sonaran espectaculares y una votación muy igualada han sido las características más notorias de esta FINALEN que repasamos a continuación.

La primera cantante en salir a escena fue la tres veces finalista Ace Wilder (7º), que se enfrentaba a sus peores expectativas hasta ahora: «Wild child» redunda demasiado en lo que ya nos ha presentado tres veces: una juventud de la que ya no puede hacer tanta gala y unos ritmos agresivos quizás algo superados ya. Además, su puesta en escena quedó por debajo de lo que ella misma ya ha presentado, por lo que el conjunto resultaba inferior a lo que habíamos visto ya de ella. Al final, un séptimo lugar entre los jurados y un modestísimo noveno entre el público. El año pasado fue tercera, igual que entre los jurados a solo tres puntos de Oscar Zia mientras que repitió noveno lugar entre el público. Nuestro pronóstico fue entre 3ª y 6ª, por lo que se descolgó aún más de los puestos de cabeza.
Boris René también volví a la final por segundo año consecutivo y en esta ocasión consiguió mejorar el décimo lugar de 2016. Octavo se colocó gracias sobre todo al jurado que le dejó séptimo, mientras que el público solo lo quiso penúltimo. Nosotros lo vimos del 9º al 12 lugar, con lo que mejoró algo su perspectiva.
Lisa Ajax (9ª) posiblemente se viera decepcionada tras ver que el público la colocó última, mientras que en el jurado fue novena, sobre todo a un doce de República Checa. El año pasado fue séptima, con un porcentaje de votos del público muy similar al de este, entorno al 6%. Con un tema de más envergadura podríamos verla en un futuro conquistando posiciones más altas. Le dimos una horquilla entre el 7º y el 10º.
El primer favorito y a la postre ganador apareció en cuarto lugar, dominando el escenario con soltura y ejecutando junto a los bailarines, cámaras y realización una performance excepcional de la puesta en escena preparada por Zain Odelstål. Ganó con veinte puntos de ventaja entre los jurados sobre Nano y 40 sobre Jon Henrik, lo que daba una cierta holgura de cara a los resultados de televoto, siempre impredecibles. La tremenda igualdad de la votación pública hizo que le sobraran 13 puntos sobre Nano (57 para el debutante y 50 para Robin). Su capacidad como artista, la originalidad de la presentación y las características del tema (digno aunque no extraordinario) podrían llevar a Suecia hasta un nuevo top 5 en Kiev. En nuestro pronóstico la colocamos entre el 1º y el 4º.
El segundo favorito apareció justo a continuación. JHF y su compañera de fatigas Aninia (3º) volvieron a demostrar que puede haber lugar en una final de este tipo para canciones menos comerciales y apuestas diferentes. En esta ocasión, su vitola de favorito no pudo aguantar la gran interpretación del ganador ni la química que Nano consiguió con la cámara y el público. Eso y ser una segunda parte de su tema de 2015 desfondaron sus posibilidades, obteniendo el cuarto lugar entre el jurado y el tercero entre el público.
El jovencísimo Anton Hagman ya está en la historia como el que desbancó a Su Majestad Loreen del trono de Melodifestivalen 2017. Pero a pesar de su gancho en cámara, su tema flojito y su escenografía sencilla no consiguieron despertar el interés del jurado (11º). El público lo aupó hasta el sexto lugar, pero su puesto final fue décimo. Tiene juventud suficiente como para escoger una canción de mayor nivel y volver a estos escenarios. Cumplió con nuestro pronóstico: entre el 7º y el 10º.
Mariette volvía con un tema que sonaba muy bien, bastante similar al que nos encantó en 2015 pero quizás insuficiente para poder ganar esta final. Aún así, el jurado la valoró como una de las tres mejores (3º) y el público como una de las cinco mejores (5º), lo que resulta como un bagaje muy digno para un tema que el 80% de los países participantes se partirían la cara por que fuera el suyo propio. Al final, solo un puesto menos que en 2015 (4º), justo lo que pensamos nosotros a priori: entre el 4 y el 7.
Penúltimos acabaron los FO&O. No les fue fácil destacar con su trillado tema y su simple escenografía y el jurado les dejó décimos y el público séptimos, gracias a su tirón adolescente. Más suerte la próxima vez, si no se separan antes. Nosotros los veíamos entre el 9º y el 12º.
Nano fue la sorpresa de esta final y de este MF en general. Su confidente interpretación, su tema comprometido y su gran fuerza en directo lograron convencer a público y jurado y conseguir pasar de finalista sorpresa a casi ganador. De hecho, se llevó la máxima puntuación del público, 57 puntos, no obstante la más baja con mucha diferencia desde que este sistema está en vigor. El jurado lo colocó segundo. Un éxito que le coloca en buen lugar para dejarse ver de nuevo en un futuro cercano por el Melodifestivalen. Nuestro pronóstico se quedó corto, al situarlo como mucho en el quinto lugar.
Wiktoria se quedaría decepcionada tras los votos del jurado, que la colocaron octava. Bien es verdad que notábamos que este año tanto la puesta en escena como la canción estaban por debajo de su intento de 2016 y que, de ganar, sería una victoria a la baja. Al público sí le gustó más, colocándola segunda, con un solo punto más que Robin y seis menos que Nano. La estupenda voz de la rubia Wiktoria merece que pise en un futuro el MF con un tema que se distancie un poco más de este estilo y que vuelva a merecer un top 3. Al final fue 6ª; nosotros le dábamos como poco un 4º lugar.
Entre el jurado gustó mucho Benjamin Ingrosso, el hijo de Pernilla. Con su simpático show y su sexy coreografía se los metió en el bolsillo y logró un destacable quinto lugar. Entre el público gustó al menos, quedándose octavo. Al final quinto, excelente debut para una cara que a buen seguro veremos mucho en un futuro.
Y cerró el desfile de cantantes, y la clasificación final, el abuelo Owe. Su tierna presencia en escena y su entretenido show no sirvieron para el jurado confiara en él sus puntos: solo 1 de Polonia, que le colocó último. Luego, el público le vio como su décimo favorito, pero no sirvió para salir del farolillo rojo, con 8 puntos menos que los FO&O. ¡Dice que volverá como autor!

En fin, un resultado divido entre jurado y televoto, aunque solo en matices. La mayor diferencia está en Wiktoria, que se vio perjudicada en su resultado final, y obviamente en el ganador, pero con solo 7 puntos de diferencia. Nano obtuvo el 11,9% de los votos, lejos del 25,9% de Sanna Nielsen, del 21,1% de Robin Stjernberg o del astronómico 35,9% de Måns, incluso del más modesto 14,4% de Frans. Robin tuvo un 10,6%, lo que significa aproximadamente 190.000 votos/sms menos que Nano pero más de 200.000 más que la segunda clasificada de 2016, que también fue Wiktoria. Es decir, que la igualdad en el nivel de los temas finalistas de este año ha dividido mucho el voto y los de cabeza no estaban tan lejos de los de cola.
¡Qué envidia poder tener tantas dudas de si es mejor el que queda quinto o el que queda primero! Con estos niveles muchos eurofans de otros países seguiremos soñando… Suecia volverá a estar en la cabeza de la clasificación y repercusión después de la final de Eurovisión 2017. Y, un año más, casi todas las canciones que han quedado por detrás de él podrían ser representantes de otro país si atendiéramos a su calidad y su competitividad. ¡Gracias Suecia y enhorabuena!