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Resultados bajo la lupa: así quedó Eurovisión 2016

Russia-sergey-lazarev-jury-eurovision--555x400Comenzamos nuestro repaso a lo que ha sido Eurovisión 2016 sobre el escenario y más allá. Ayer hablamos del triunfo ucraniano, un emotivo tema, demasiado intenso como para ser un futuro éxito pero muy bien presentado y cantado; del subcampeonato australiano, cimentado sobre los gustos del jurado; y de la desilusión rusa, a pesar de su victoria entre el público.

Aunque «1944» no se vaya a convertir en la ganadora más recordada ni oída ni vendida de la historia, su victoria es clara, de rebote quizás porque no ganó ni televoto ni jurado, pero sumó más que las demás. Australia tiene pinta de que dará el salto en breve y Rusia no puede agachar la cabeza eurovisivamente hablando porque un tercer lugar es algo que muchos concursantes no pueden ni siquiera soñar.

El top 5 lo completaron Bulgaria y Suecia. Los balcánicos cumplieron lo que os dijimos días antes: podían superar su mejor posición histórica gracias al festivalero tema de Poli y a su segura actuación y bien planteado show, que si bien recordaba un poco a esos temas tan del gusto eurofán de la década pasada, consiguió enganchar tanto con público como con jurado, gracias a su desenfado y a pesar de una estética mejorable. Suecia, por su lado, superó a todos los agoreros y ‘haters’ que desde su victoria en Melodifestivalen habían salido a colgarse de la yugular del jovencísimo Frans, que demostró que no hacen falta florituras para meterse en el bolsillo al público y al jurado. Es el quinto top 5 sueco en lo que llevamos de década.

El top 10 fue de lo más variado:

  • Francia (6ª) no pudo confirmar su vitola de favorito a la victoria como ya supusimos al ver los ensayos. No obstante, tuvo una actuación muy acertada y gracias a un gran tema volvió al top 10 después de 7 años sin olerlo. Gran primer paso de la nueva dirección de la delegación francesa de cara a un mejor futuro de los galos en el festival.
  • Armenia (7ª) montó un espectáculo en el escenario lleno de trucos de cámara y tecnología para completar a una canción que a muchos sonaba ruidosa. Iveta, salpicada por cuestiones políticas con sus eternos rivales azeríes, cantó estupendamente y el conjunto devolvió al país a esta zona de la tabla.
  • Polonia (8ª) es la gran sorpresa del año. Pisoteada hasta el penúltimo lugar por unos jurados profesionales que no supieron valorar ni el esfuerzo vocal ni la fuerza melódica del tema, fue impulsada por el público nada menos que hasta la tercera posición, por encima de grandes favoritos y solo superada por Ucrania y Rusia. Fenomenal resultado para Michal, que vuelve con un top10 que la delegación polaca no obtenía desde hace 13 años.
  • Lituania (9ª) fue, en cierta manera, otra sorpresa. Cuando a ratos parecía que el tema no iba a terminar de convencer, Donny sacó fuerza de donde hizo falta y, volteretas por un lado, ojazos por otro, se coló entre las 10 primeras del televoto y las 12 del jurado. Un resultado que mejora incluso el suyo propio de 2012 y se convierte en el segundo mejor del país, solo detrás de aquellos olvidables y olvidados LT United.
  • Bélgica (10º) es una nueva sorpresa. En enero, cuando ganó su final nacional, nadie nada un solo euro por esa jovencita que, más mal que bien, interpretó un tema desfasado y sin gracia que apuntaba a quedarse en semifinales. Luego, unos retoques y una puesta en escena colorista, con aires retro, bien hecha y, sobre todo, la frescura y jovialidad de la solista, consiguieron encandilar especialmente al jurado, que la colocó sexta a pesar de su modesta capacidad vocal. Es el paradigma de cómo sacar verdadero oro de donde no lo hay. Y eso tiene mucho mérito.
Entre el puesto 11º y 20º, encontramos de todo, tanto canciones que aspiraban a más como otras que ni siquiera contaban para estar en la final:
  • Holanda (11º) llegó con dudas pero su puesta en escena simpática y original consiguió darle el empujón que les faltaba, sin llegar a la explosión de 2014. Con un tema con un poco más de gancho hubiera sido posible llegar aún más alto. Al final, perdieron el top10 por poco pero consiguieron olvidar el fracaso de Trinjtje del año pasado y desterrar esos fantasmas de la década pasada.
  • Malta (12º) es el segundo ejemplo de cómo televoto y jurado a veces parecen estar oyendo cosas totalmente distintas. Para el público el tema de Ira Losco fue de los 6 peores, mientras que para el jurado fue nada menos que el cuarto mejor. 121 puntos de diferencia que dan como media esta posición final. Al jurado seguramente le gustaría la profesionalidad de Ira y el buen gusto general de la presentación y quizás el público se sintiera aburrido por una tema un poco monótono y desangelado. ¿Hubiera sido mejor el «Chameleon»?
  • De nuevo divorcio entre jurado y televoto con Austria (13ª). Fue antepenúltima para los primeros y octava para los otros, con el resultado final de la justa mitad de la tabla. Entre los fans ha sido posiblemente la más aplaudida, coreando el nombre de Zoë a cada aparición suya, que fue vitoreada en ensayos, galas y euroclub. Su presentación infantiloide, colorista y entrañable fue más que suficiente para ganárselos y devolver algo de dignidad al país tras el cero anfitrión.
  • Más divorcios: Israel (14º) fue 22º para el público y 8º para jurados. Para unos quizás resultado sosa, a pesar de convertirse en un himno al final y de una escenografía bastante correcta. El jurado debió de sentirse encandilado por el poder vocal de Hovi y por su alternativa imagen, completada por un aire de buen gusto en general.
  • El segundo intento de Aminata, esta vez como compositora, por Letonia (15ª) no fue recompensado como se esperaba, con al menos entrar en el top10. Si bien «Heartbeat» es un gran tema, puede que la esforzada interpretación de Justs no agradara tanto como el vozarrón de la autora el año anterior. No obstante, segundo año consecutivo para el país en la final, algo que no ocurría desde la década pasada.
  • Italia se desinfló al final de la semana. Con su aire tierno y modoso, Francesca estuvo más nerviosa de lo normal en la final y la escena, aunque original y con encanto, a muchos le rechinaba. Aparecer tan pronto quizás tampoco le favoreció pero el resultado, aún siendo el segundo peor desde la vuelta en 2011, sigue siendo aceptable con una de las melodías más recordables del año.
  • Azerbaiyán (17ª) salvó los muebles y logró no caer por debajo de su resultado de 2014 gracias a un tema que unía lo pegadizo y comercial con el buen gusto. No tan acertada fue la escenografía, con mucho dorado y unos atuendos discutibles. Samra, por su lado, no consiguió clavar su interpretación aunque mejoró ensayo a ensayo. Parece que después de ganar, el fuelle azerí ha ido perdiendo aire.
  • Serbia (18ª) fue, por su lado, una de las decepciones. Con un tema importante, una interpretación solvente y un mensaje contundente, para los jurados resultó la cuarta peor, cuando se esperaba algo cercano a un top10. Que el año pasado sí lo fueran resulta desolador.
  • Cierra este grupo Hungría (19ª), que no logró confirmar sus posibilidad a pesar de su canción seria y bien planteada y la interpretación de Freddie, que mantuvo un buen nivel. Le faltó quizás un toque de atractivo visual que rematara el conjunto. Aún así, sexta final consecutiva para Hungría, que no es moco de pavo
Y llegamos al bottom, algunos esperados, otros menos; unos constantes, otros novedosos:
  • Georgia (20ª) llegó por sorpresa a la final y fue considerablemente aceptada por los jurados (14ª). Su show rockero al estilo Manga convenció a sus fieles seguidores, pero la mayoría lo vio lejos de sus gustos musicales. Aún así, un válido ejemplo de la variedad eurovisiva.
  • Los otros rockeros, justo detrás: Chipre (21ª). Más comerciales, ambos temas escritos por el inefable G:son, se clasificaron seguidos. Previsible quizás, merece una valoración similar a la anterior: bueno es que haya variedad, aunque luego los votos se centren en productos de un gusto más general.
  • Y llegó el lugar de España. Si bien el jurado nos permitió respirar con un modesto 16º puesto, el televoto fue implacable y nos colocó como su cuarta opción por la cola. Quizás salir después de Rusia hizo que el público no se fijara tanto en Barei, que hizo una actuación realmente espléndida como artista defendiendo bien su tema, que no obstante se perdía un poco entre los 25 restantes. Tampoco ayudó a destacar la escenografía, que no pasó de sencilla. Una decepción más puesto que, sin aspirar a ganar, unas posiciones más arriba hubieran sabido mejor.
  • Croacia (23ª) volvió a Eurovisión y a la final, que no pisaba desde 2009. Pero la interpretación de Nina estuvo siempre en la cuerda floja y en la final, vocalmente estuvo muy mejorable. Su estética no acompañó tampoco y el conjunto final terminó por hundirse. Aún así, primer paso para que Croacia vuelva a ser lo que hace mucho fue.
  • No levanta cabeza el Reino Unido (24º), y van… Cuando parecía que la química entre los dos jovencitos iba a cautivar un poco más a la audiencia, la realidad volvió a imponerse y a decirles a los de la BBC que con canciones mediocres y cantantes discretos no volverán nunca a ser quienes fueron, eurovisivamente hablando. Penúltimos para el televoto, no parece que se les perdone a los británicos fácilmente que no sean capaz traer al festival un ejemplo real de su excelente música comercial.
  • Debut, homenaje y despedida es lo que prácticamente tenía reservado este festival para la República Checa. Si bien la elegancia de Gabriela daba a la canción un aire sólido y su interpretación la reforzaba, parece que el público se debió dormir con su melodía clásica y no le concedió ni un solo voto. El jurado sí le dio algunos más, pero insuficientes para librarla del penúltimo lugar. No obstante, ya tocaba que estuvieran en la final y es de celebrar que ya no quede país alguno actualmente en competición que no la haya pisado.
  • Y para cerrar, otra vez, Alemania. Como el año pasado, pero con 11 puntos más, que fue los que tuvo Jamie-Lee, que cantó bien un buen tema, «Ghost», pero que se encargó de arruinar con su estética incongruente y recargada. Quizás Alemania deba retomar esa idea del Melodifestivalen alemán para intentar dar un empujón definitivo a su trayectoria eurovisiva. Presupuesto tienen.
Mañana, los eliminados de las semifinales, esos olvidados que tienen también su hueco en nuestro análisis.