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10 razones por las que el festival de 2016 se va a parecer (y mucho) al del 2012

La cuenta atrás ya ha comenzado. Cada vez son más los detalles que se van descubriendo de esta edición. Tras un análisis detallado de todo lo sucedido desde la victoria de Mans el pasado año, podemos decir que el festival de este año se parecerá (y mucho) al que acogió Bakú en 2012. Sabemos que los nervios propios del eurofan están a flor de piel, así que vaya por delante que hemos escrito estas reflexiones/similitudes en tono humorístico y sin el ánimo de ofender o molestar a nadie (que uno sabe cómo son por estos lares y hay a quien se le dispara el teclado y el ácido úrico en un minuto).


  1. Vuelve Kaliopi

Es uno de los come-back del año. Después de intentarlo en 1996 y 2012, regresa al escenario del festival con uno de los baladones de la edición: Dona. ¿Superará su 13ª posición en Bakú? Según se comenta en Macedonia, durante estos cuatro años Kaliopi ha estado trabajando en el chroma de su vídeo para 2016, aunque chica, entre nosotros, mejor dedícate a cantar, que tienes un vozarrón.


  1. Bielorrusia anticipó We are heroes

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Los héroes de Mans Zelmerlöw que nos llevarán a Estocolmo el próximo mes de mayo ya pasaron en su momento por el escenario de Eurovisión; eso sí, de la mano de Bielorrusia y del grupo Litesound, que interpretó el tema We are the Heroes en Bakú. Desafortunadamente –para ellos–, este quinteto no llegó a la final. Lo que no sabemos es hasta qué punto las camisetas de rejilla y el uso excesivo de productos para el pelo contribuyeron a este fracaso.


  1. Ucrania y bailarines en pantalla

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Y continuamos hablando del ganador/presentador… Su puesta en escena, que algunos clasificaron de novedosa, también se pudo ver en la capital azerí. Ucrania, representada ese año por Gaitana, decidió ahorrar en bailarines y colocar unas maravillosas pantallas con las imágenes de unos bailarines-músicos que acompañaron a la cantante desde su primera frase. Vale, que sí, que la técnica es un poco más rudimentaria que la de Mans, pero es que en cuatro años, ¡el mundo ha cambiado una barbaridad!


  1. Donny Montell repite por Lituania

Donny Montell es otro que repetirá en Estocolmo. Tras haber pasado por la selección nacional de Lituania en cuatro ocasiones, finalmente consiguió su pasaporte a Bakú. Consiguió una posición 14 en la final y, lo que es más importante, pasar a la historia de Eurovisión como el chico aquel que cantó con los ojos cubiertos por una venda –de terciopelo con diamantes incrustados, como no podía ser de otra forma–. Muy kinky.


  1. Vuelve Greta Salóme

Parece que a la pobre le supo a poco la 20ª posición que consiguió en Bakú junto a Jónsi. La chica ha decidido lanzarse al ruedo y volverlo a intentar. ¿Tendrá más suerte en esta ocasión? ¿Podrá torear la situación o recibirá una estocada que la dejará K.O. en las semifinales? Ella por si acaso, ¡bien de flecos!


  1. Las carreras paralelas de Anggun y Dami Im

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Australia vuelve a Eurovisión este año en una decisión que ha provocado sentimientos enfrentados en la comunidad eurofán. Lo que no sabíamos es que la cantante elegida para representar este año al país, Dami Im, ha llevado una carrera paralela a la representante francesa de 2012, Anggun. Ambas pasaron en su momento por Factor X, eso sí, Dami Im como concursante –y finalmente ganadora– y Anggun como jueza. Las dos estuvieron nominadas en los World Music Awards en 2014 (¡y en las mismas categorías!). Además, ambas cantantes proceden de países asiáticos –Dami Im de Corea del Sur y Anggun de Indonesia–, y no nos equivoquemos, no hay nada que le guste más a un eurofán que presumir de lo internacional que es nuestro festival favorito.


  1. Hasta el moño de Serbia y Albania

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¡En las peluquerías balcánicas no se habla de otra cosa! Se conoce que en un ataque de rabia de Rona, como esos que le dieron en el escenario, la cantante albanesa empezó a tirarse de los pelos y acabó arrancándose el moño. El enjambre capilar permaneció en un viejo almacén olvidado hasta que Sanja Vučić decidió recuperarlo para una sesión de fotos… ¿Se lo llevará a Estocolmo? Y lo más importante, ¿pagará el moño el billete como cualquier otro pasajero?


  1. San Marino, el WTF del año

Valentina Monetta se dio a conocer en 2012 cuando, más chula que un ocho, se plantó ante los directivos de Eurovisión con un tema llamado Facebook Uh, Oh oh. La Monetta pasaba tanto tiempo metida en Facebook que no tuvo tiempo de mirarse las reglas del festival, hasta que alguien le dio un toque –en Facebook– y le comentó que lo mismo la descalificaban. El tema pasó a llamarse The Social Network Song (Oh Oh — Uh – Oh Oh), ahí es nada, y vino acompañado de una puesta en escena bizarra e incomprensible (incomprensible es cómo alguien pensó que aquello era buena idea, vaya), únicamente comparable a la calidad artística del videoclip de la canción. Una elección de tal calibre sólo se puede comparar con la elección sanmarinense de este año, I didn’t Know de Serhat, que ha venido al mundo con un inquietante videoclip que no somos capaces de entender por más que lo veamos. De hecho, lo preocupante es que lo hemos visto tantas veces que nos empieza a gustar. ¡Como nos pasó con Valentina!


  1. El baile de Barei: un paso que ya pasó

El ya famoso movimiento de pies de Barei en Say yay! se ha convertido en el icono de la canción española de este año. No sabemos qué impacto tendrá este paso de baile en Eurovisión, pero lo que está claro es que el happy dance de la madrileña va a formar parte importante de su coreografía en Estocolmo. Buscando en el baúl de los recuerdos, nos hemos percatado de que lo mismo debió de pensar el coreógrafo de Kurt Calleja, el representante de Malta en 2012, que ya incluyó este curioso pase de baile en la coreografía de This is the night. Calleja lo bailó a ritmo de hey! y terminó en 21ª posición y Barei lo hará a ritmo de yay!, y eso sí, esperemos que con mejores resultados.


  1. Los eurofans que se pudieron permitir el billete a Baku son los mismos que se pueden permitir pagar 400 euros por un pack de entradas y la estancia en Estocolmo

¡Es así! Aunque el Festival reúna a más de 190 millones de personas delante del televisor, no todo el mundo puede permitirse coger una semana de vacaciones a mediados de mayo y menos gastarse la pasta que cuesta un billete hasta Baku o sobrevivir una semana en Estocolmo… Que ya se sabe que somos europeos, pero para los sueldos, ¡todavía no!