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Eurovisión 2015: todo sigue igual…o no

Querría apuntar alguna reflexión personal a añadir a los excelentes artículos resumen de Eurovisión 2015 que en esta misma página han publicado Daniel Motiño enlace y de Jacques enlace.

Justo al acabar el festival y viendo la clasificación final, entre varios amigos comentamos: parece un top 10 bastante justo al fin y al cabo…Y miramos los primeros puestos y vimos: Suecia, Rusia, Italia…un poco lo de siempre. Coparon muchas de las tres votaciones más altas de muchos países (de hecho, cuando salían los votos bajos automáticamente, muchas veces pensábamos: faltan esos tres). Pero bajamos un poco más en la clasificación y nos encontramos aire fresco: Bélgica, Australia, Letonia, Estonia, Noruega,…Canciones distintas, más modernas, apuestas más arriesgadas…. Se llevaron muchos votos 7-6-5-4…no todo sigue igual, por tanto. Eso sí, a partir de ahí, la diáspora y las afinidades culturales y sociales triunfan: Serbia, Georgia, Azerbaijan, Rumanía, Eslovenia, Montenegro, Armenia…con muy pocos puntos, y básicamente recibidos de sus históricos amigos (por ejemplo, los 53 puntos de Serbia le dieron el puesto 10; en el 2011 Lucía Pérez consiguió 50 puntos y quedó en el puesto 23!!!) Estos países ya no quedan automáticamente tan altos como antes, pero es muy difícil que se sitúen en la parte baja de la tabla, que se reserva para algunos del big 6 y para países pequeños que históricamente son muy poco votados (Chipre, Hungría este año).

Tan obvio ha sido el resultado que las casas de apuestas acertaron no solo el top 5 sino también el orden de esas 5 primeras. Y de hecho solo fallaron al incluir a Azerbaiyán en el top 10 en lugar de Serbia.

Suecia ganó el festival de forma nada sorprendente. Una canción de lo más average (y con una estructura muy similar a éxitos actuales de David Guetta o Avicii) pero elevada al primer puesto gracias a los efectos especiales, un cantante guapo y una realización cuidadísima. Es obvio que era el show más llamativo de todos, y eso casi siempre suele ganar. Hay que reconocer que los suecos son los que más le tienen cogido el truco al ESC tal y como es actualmente.

Rusia intentó evitar las críticas enviando a una diva como Polina, que casi nos hace creer que ella misma se creía lo que cantaba…hasta que llegó la final y se notó el teatrillo. Otra apuesta que estaba calculada al 100% desde el primer día de llegar a Viena. El himno redondeado con espectacular iluminación convenció a muchos del este…

Italia en el estadio sonaba ganadora…sobre todo si ya habías visto el show de Suecia anteriormente. Las voces eran impresionantes. Sorprendentemente, muy sorprendentemente diría yo, los jurados la situaron en el puesto 6, lo que hizo inútil el puesto 1 para el televoto. Una canción que a todo europeo le sonaba familiar.

Bélgica vio recompensada su apuesta arriesgada con un cuarto puesto. Este tipo de canción no habría quedado nunca tan alto hace tan solo unos años. Un r’n’b de lo más actual, con una coreo completamente inhabitual y una fuerte personalidad del joven cantante Loïc. La diferencia también se premia, a veces.

Y Australia redondea el top 5. A los votos lógicos de simpatía al newcomer (que no sabemos por cuánto tiempo se quedará) añadieron otros por una canción estupendamente compuesta e interpretada, y una puesta en escena de lo más adecuada.

Del resto del top 10 destacar las buenas posiciones de los nórdicos-bálticos Letonia (otra canción que a priori nadie veía tan arriba…los tiempos están cambiando), Estonia y Noruega, ésta última reconocida con el premio Marcel Bezançon de los compositores como mejor canción del año. Israel vio recompensada su apuesta folk-dance (hace años había muchas canciones como esta) no solo con el pase a la final sino con un noveno puesto, diríamos el último con votos provenientes no solo de afinidades.

Para España todo sigue igual: volvemos a los puestos de veinte para abajo, como en los últimos años impares…Si ya dijimos que la canción era muy difícil para llegar a un público amplio, el buen hacer de Edurne vocalmente (salvo el gallo final) y su buena predisposición no lograron una buena representación: demasiado oscuro (al principio de la canción Giuseppe está invisible), demasiados cambios de fondo, demasiados movimientos sin razón aparente (no estaba claro lo que nos quería contar: qué quieren decir esa especie de conjuros que echaba Edurne a derecha e izquierda?), demasiadas tomas perdidas (no se ve ese dificultoso caminar de la cantante agarrada por la capa por el bailarín, de nuevo en la sombra), demasiada reminiscencia a Euphoria…Yo no soy ningún experto pero parece que en la delegación española también escasean, y ya son muchos años con el mismo resultado y valoración: falta más autocrítica, más humildad, más publicidad, más estudio sobre el espectáculo en su conjunto…Pero no, aquí siempre acabamos con el “se ha hecho todo lo que se ha podido”, “ha sido una representación muy digna”, “eres ganadora moral”, “no estaba en mi mano hacer más”…Que se trabaje mucho y se haga todo lo que se pueda no salva una canción condenada desde el principio y unas decisiones sobre su representación cuando menos discutibles.

¿Qué esperar para el año que viene? Efectos especiales, parece. Himnos de nuevo. Radio music a tope. Propuestas novedosas, esperamos. Solistas masculinos, para variar. Muchas incógnitas, entre ellas la más inquietante…¿estará China presente en Eurovisión 2016?