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#GanemosEurovision

edurne

Danimoti Dani Moti / La victoria de las candidaturas de unidad ciudadana (no confundir con #ciudadanos) de Ada Colau o Manuela Carmena nos han hecho olvidar rápidamente el fracaso estrepitoso y previsible de Edurne en Eurovisión. Y si, digo Edurne como también podría haber dicho RTVE, Gestmusic, Federico Llano o Carlos Mochales. Los triunfos así como las derrotas son un logro común de un trabajo en equipo y vistas las cosas siento decir que una vez más las cosas no se han hecho bien, mejor dicho no se han hecho.

 

No se puede ir a Eurovisión con una famosilla mona, una puesta en escena a retales y una canción «Made in Sweden». No se puede seguir yendo a Eurovisión siguiendo las directrices de la discográfica que pone el fajo de billetes más grande sobre la mesa. No es que RTVE quiera o no quiera ganar Eurovisión.  Visto lo visto este año, el problema es que no quieren implicarse en el proyecto de ninguna de las maneras .

Pronto empezaremos a saber las fechas de presentación y el sistema de elección de las diferentes televisiones nacionales, bien lo hagan por elección interna o no. Ese proceso simplemente no existe en RTVE, en cambio la opacidad respecto a los plazos o requerimientos para poder mandar un tema al festival de canciones más mediático del mundo, sigue siendo la norma la norma en nuestro ente. Un ente que sigue anclado en el inmovilismo, incapaz de montar un proyecto musical que conduzca a alguna parte. Ellos no aprenden, esos son profesores de la desidia, la dejadez y cuando llega la hora de presentar algo tarde (y normalmente mal) nos quieren vender la Moto de Maroto. Después de tantos años a uno ya no lo engañan, la casta eurovisiva de RTVE podrá quizás convencer a los eurofans de nueva hornada o a aquellos desesperados en conseguir su acreditación que bailan al son de los que le dan al APPROVED.

Es mejor seguir improvisando y esta vez se decantaron por un tema de la factoria sueca que produce canciones como churros al mejor postor. Un refrito del Frozen de Madonna y el My Heart is Refusing Me de Loreen, recuperado del cajón para ocasión y enviado por dropbox a Tony Sánchez Ohlsson para que le hiciera una letra imposible y metida con calzador. Un tema sin estribillo en un concurso que suele ganar la canción que tiene el estribillo más pegadizo. Llevábamos un tema del compositor de Euphoria. Si tan buena era la canción. ¿Por qué no la presentó el artífice a la preselección sueca? Otro de los interrogantes de este fatídico 2015.

Para poner voz al tema, se designó a la dulce y tierna Edurne. Una chica que ha hecho actuaciones impecables en diferentes shows de televisión pero con muy poca experiencia en grandes escenarios a juzgar por los resultados de su carrera hasta el momento. La niña mona y novia de David de Gea era una habitual de la casa TVE, pegaba que ni con cola para subir la audiencia la noche del festival y poco más. La cantante no ha sido capaz de tomar las riendas de su participación, aunque ella nos quiera hacer creer lo contrario. Mientras que Loïc Nottet, Guy Sebastian o Aminata llevaban canciones propias e incluso en algunos casos se implicaron en la puesta en escena, Edurne se dejó llevar. Permitió que el anuncio de su particpación y el tema se presentaran en la web de rtve.es y a que su primer directo del tema fuera un lunes a las tantas de la noche subida a un taburete. Tampoco dijo esta boca es mía cuando los compositores del tema se decantaron por una versión mucho más eficaz que la que finalmente fue elegida, lo que precipitó la salida de estos del proyecto.

No tuvo mucho que decir tampoco sobre la puesta en escena o esos fondos de pantalla, idénticos a las visualizaciones de winamp. Aunque muchos se empeñen en culpar a la ORF y a su pésima realización del resultado, el belga fue mucho más maltratado y aun así acabó en cuarto lugar, el numerito del sábado era para llorar. Si RTVE manda un equipo al festival es para que precisamente se encarguen de asegurar una realización digna, no para dedicarse a jugar con sus teléfonos móviles o irse a todas las fiestas de Viena, obviamente no para promocionar la candidatura. Otra vez, RTVE y el equipo designado no hizo su trabajo.

Los gimmicks del cambio de traje, cola en volandas, bailarín a pecho descubierto y pase de baile sospechosamente similar al de Euphoria no solo están anticuados sino que encima distraen la atención de la belleza de la cantante. Pocos primeros planos y los que había con la cara llena de sombras. Si la canción era tan buena. ¿Porqué incluir tanta parafernalia y no centrarse en Edurne? De donde no hay no se puede sacar, pero yo personalmente creo que Edurne si que podría haber sacado más provecho a su actuación. La cantante no tuvo su mejor noche, más pendiente de los pasos de baile que de su interpretación, corría de un lado a otro del escenario enseñando muslos con movimientos forzados y rostro acartonado mientras nos decía: «Mi corazón me susurró a mi no vuelvas sin su amor». Se ignoró completamente a la cámara y se cantó al público, en un programa hecho exclusivamente para televisión con un gallo final  de campeonato. Más que una Diosa lo que vimos la noche pasada fue un calvario.

La auto crítica es otra de las características de la #marcaespaña y el jurado alabó a una cantante que se sintió «Ganadora» a pesar de quedar la vigésimo primera de 27 participantes en uno de los peores festivales de toda la historia en cuanto a nivel musical. Ahora nos toca a todos rezar un rosario para que Edurne sea capaz de recuperar su carrera musical y no acabe dirigiendo su blog de viajes o moda mientras echa pestes del festival como invitada a programas de televisión.

RTVE se empeña en el secretismo, en poner las expectativas altas,  la sorpresa que nos acaba abocando al fracaso rotundo. Que pena que no exista una candidatura o movimiento ciudadano bajo el nombre #GanemosEurovision o #SiSePuedeganarelfestival,  las vamos a echar mucho de menos.