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El teorema de Edurne

Miguel_AlvarezMiguel Álvarez / Temblad, temblad, malditos. Se nos acabó el año y TVE nos tiene, de nuevo, con el alma en un puño. Que si Diana Navarro, que si Edurne, que si Auryn, que si Raúl Gómez, que si el ganador de El Hit. Toda esta historia me da una pereza..No sé si será quien yo deseo (que es Diana Navarro), quien me dice mi intuición femenina (que es Edurne), o quienes temo como a un nublao (que son los Auryn).

 

Pero el economista que hay en mí no puede dejarse llevar por la rumorología, ¡soy un científico!, como demostré en el artículo que AEV publicó el año pasado por estas fechas. Basado en un sesudo estudio de índole geoestadístico, llegué a la conclusión de que el representante español de 2014 debía ser, sin duda, David Civera.

¿Fallé? No me hagáis reír. No, no, no fallé. Ni mucho menos. Venga, que me pongo de nuevo pseudocientífico. Sí, podemos decir que soy un pseudoeurocientífico. Simplemente, demostré la falsedad de un Teorema. David Civera era el resultado lógico de un Axioma. El de que «existe una correlación estadística entre las siguientes variables: año par o impar, área geográfica donde se celebra el festival, sexo del representante español, y tipo de canción». Eso nos llevaba sin duda a Civerita cantando una balada en Copenhague 2014.

Pero ay amigo, que chasco, no es un Axioma (que no necesita demostración), resulta que es un Teorema (de ahora en adelante conocido por Teorema de Civera). Y como teorema, necesita ser contrastado. Y su contrastación empírica no tiene colita como Civera, tiene chocho, con todos mis respetos hacia el susodicho (Olé su coño) de nuestra gran representante de 2014. Se llama Ruth, por lo que podemos decir sin lugar a duda que el Teorema de Civera no se cumple.A rey muerto, rey puesto. Desde aquí, y para todos vosotros, formulo otro Teorema, que denominaré, como no, Teorema de Edurne.

Lo enuncio: «TVE no sigue ningún sistema racional para la elección del representante español, dependiendo solo y exclusivamente de lo que le sale del potorro a el/la encargado/a de decidir quién va a representar a España cada año. Es decir, es puramente aleatorio, por lo que, si seguimos la ley de los grandes números, las magnitudes que cuantifican los representantes de cada sexo en cada área geográfica de España y Europa, se irán igualando en el largo plazo«.

Es decir, que a largo plazo, en el infinito eurovisivo, habrá el mismo número de hombres que mujeres, en todas y cada una de las áreas geográficas, en años pares e impares. O sea:

Teorema

Siendo las variables:

  • “i” el año de celebración del festival, desde la primera participación de España (1961),
  • “x” variable que toma valor 1 si el representante español en el año “i” es hombre y 0 si es mujer
  • “y” que toma valor 0 si el representante español en el año “i” es hombre y 1 si es mujer.
  • En caso de grupos, “x” e “y” toman el valor de la suma de elementos masculinos o femeninos, respectivamente.

La contrastación del Teorema esta vez es superfácil. Las áreas geográficas que definí en el artículo del año pasado para agrupar por zonas las sedes del festival se obtenían al dividir Europa en cuatro, según su posición respecto a… Viena. ¿Qué hago este año? El festival es en ¡Viena! Imposible, Viena no está al noroeste, ni al suroeste, ni al noreste ni al sureste de Viena. Viena está exactamente en Viena.

Por tanto, como solo hay un año en el que el Festival se celebró en Viena, 1967, y el representante español fue un hombre, Raphael, del sur de España, Linares, y con una balada, Hablemos del amor, … para que la Teoría de Edurne se cumpla, y que en el largo plazo todo se iguale, esta vez la estadística nos obliga a decir que ha de ser una mujer (Edurne, Diana Navarro), y que no puede ser del sur de España. Es decir, la madrileña Edurne se postula como única candidata probable, y además cantando una canción movidita.

Pero aquí no acaba la cosa. Si este año Edurne no es la elegida, el Teorema de Edurne seguirá siendo válido. ¿Por qué? Porque como su enunciado dice, se cumple en el largo plazo, no cada año, por lo que no pierdo la esperanza de que Diana Navarro sea nuestra representante.

Que sí, que sí, que estoy como una puta cabra. Pero como conclusión, mi yo economista puede codearse con cerebros de la talla de Rodrigo Rato. La Junta Directiva de AEV ya está tardando en darme una tarjeta black. Porque yo lo valgo.