(Pre)calentando el Festival de Eurovisión 2015
Poco a poco empiezan a aparecer informaciones en los medios austríacos del próximo Festival de Eurovisión, cuyo lema ha sido presentado hace unos días a los medios: Building bridges. Ese puente musical que une el oeste con el este de Europa, el cual Austria, por su posición geográfica en el centro del continente, cumple a la perfección.
La elección de Viena como ciudad anfitriona ha sido recibida, por lo general, positivamente. Con envidia sana por parte las ciudades finalistas, las capitales de Estiria y Tirol, Graz e Innsbruck, respectivamente. Al parecer, Viena no contaba con todas las papeletas: el mejor escenario y medios técnicos los ofrecía Graz, mientras que la oferta de Innsbruck era la más atractiva económicamente para la televisión pública austríaca, la ORF. Finalmente la ORF ha jugado al caballo ganador, y ha dado prioridad a la facilidad de la capital del país para vuelos, alojamientos, infraestructuras, etc. El hecho de celebrarse en Viena podrá tener repercusiones políticas: se da por seguro que el actual alcalde de Viena (a la vez que presidente del estado federal de Viena), el socialdemócrata Michael Häupl conseguirá de nuevo la victoria en las elecciones que están previstas para el otoño de 2015, y cumplirá así más de 20 años ininterrumpidos como máximo gobernante de la capital de Austria. En mayo no sólo habrá Eurovisión en Viena, también el baile benéfico para recaudar fondos contra el SIDA, el Lifeball, así como el festival cultural Wiener Festwochen o el concierto de la Orquesta Filarmónica de Viena en el Palacio de Schönbrunn.
El escenario escogido, la Stadthalle vienesa, podrá ofrecer, según los medios, espacio para unos 16 00 espectadores, es decir, un poco más que en 2014 (11 000 espectadores, Copenhague) o 2013 (12 000, Malmö); los mismos que en 2012 (Baku) y un poco menos que en 2010 (Oslo, 18 000) y, sobre todo, que Düsseldorf en 2011 (35 000). En cuanto al presupuesto, se habla de unos 25 millones de euros (quince millones deberá pagar la ORF, los diez restantes procederán de la venta de entradas, licencias y patrocinadores); nada que ver con los 140 millones de Azerbaiyán en 2012, y cercano a los presupuestos de los otros festivales de los últimos años.
Sobre quién presentará el evento, suenan nombres, algunos más insistentes que otros. Pensando en la presencia el año pasado entre los presentadores del actor Johan Philip Asbaek (conocido sobre todo por la serie Borgen), algunos han propuesto al también actor Christoph Waltz (ganador de dos premios Oscar por Malditos bastardos y Django desencadenado). Suena más realista el comentarista de Eurovisión en el últimos años, Andi Knoll, haciendo pareja con la presentadora comodín de la ORF, Mirjam Weichselbraun. Se espera que vuelva a dar los votos (o bien llegue a presentar) la mujer barduda que los dio este año, Kathi Bellowitsch. ¿Cuál será la función de Conchita Wurst en el próximo festival? Algunos hablan de que podría ser una de las presentadoras (sobre todo, en las entrevistas de la green rom) o bien de que podría hacer un dúo musical con el anterior ganador por Austria de Eurovisión (Udo Jürgens, Merci, Chérie, 1966), que ha tenido buenas palabras para ella y la considera una justa sucesora.
La elección del representante austríaco para 2015 cobra este año más que nunca una gran importancia. Lo que antes era una única gala (si no una elección interna, como con Conchita Wurst) sin demasiada repercursión, serán este años cuatro galas en directo los viernes por la noche en el mes de febrero para elegir al representante. Algunos nombres han saltado a los medios, pero son sólo rumores: pop más o menos alternativo (Vera Böhnisch, Julian Le Play), cantantes salidos de concursos musicales (Niddl, Leo Aberer, Norbert Schneider) o intérpretes muy conocidos de schlager o volksmusik (DJ Ötzi, Andreas Gabalier). Se cae de la lista de el nombre de Anna F., que pasa a ser asesora de las galas de elección del representante austríaco de este año junto con el representante musical Axel Deutsch.
Por último, la ración de noticias de Conchita Wurst. Hace unas semanas fue nombrada hija adoptiva de la localidad en la que creció, Bad Mitterndorf, donde recibió una placa conmemorativa con las palabras de su discurso nada más ganar Eurovisión. Se espera polémica por su próxima actuación en Bruselas, invitada por la Unión Europea. Esta noticia ha sido bien recibida por los partidos de izquierda (por ser un símbolo de tolerancia, integración, etc.) y mal vista por los representantes de la derecha.
Se espera la presencia de Conchita en la próxima emisión del programa televisivo alemán Wetten, dass..? (¿Qué apostamos?), que se celebrará en Graz el 8 de noviembre, donde presentará una nueva canción. Se anuncia un nuevo single para las Navidades y ya para la próxima primavera su esperado disco, así como un libro escrito por ella. Unas semanas después, el 28 de noviembre, está previsto el estreno de la película de animación Los pingüinos de Madagascar, donde pone voz a uno de los personajes, la lechuza Eva, con acento ruso. Hace unos días se ha publicado el primer libro centrado en Conchita, si bien no autorizado (Conchita Wurst: Backstage).
Por último, el vaticinio en el que más de uno piensa: Viena dio suerte a España, pues en la capital de Austria la selección española de fútbol ganó la Eurocopa en el año 2008. ¿Podría suceder lo mismo con Eurovisión, después de la sequía de 45 años? Austria ha tenido que esperar 48 años…