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Recuerdo de algunas grandes baladas

Reyes_Vintage Reyes del Amor /

Los recuerdos es uno de los tesoros más grandes que tenemos los humanos. Por ello, y en concreto para los seguidores de Eurovisión son esos recuerdos, de aquellas canciones que un día nos hicieron vibrar, los que hoy nos ocupan en esta columna hecha por y para la nostalgia.

 

Las canciones, son las canciones el leit motiv de un Festival que nació el 24 de mayo de 1956 en Lugano, Suiza. Catorce eran los temas que ese año nos llegaron, dos por país. Prevalecía el claro acento de música popular bajo la marca de balada romántica que era lo que primaba en aquellos años y por eso también las baladas siempre han sido una pieza elemental en el transcurso de las distintas ediciones. Por supuesto que  son los temas festivaleros o pegadizos los que la gente más tararea o baila, incluso los que más recuerda, pero la balada ha sido un elemento clave para dar también al show una magnífica factura. Pensemos que grandes voces con grandes baladas han sido uno de los puntos álgidos en Eurovisión.

En esta columna no podré tratar todas las baladas del show, ni siquiera todas aquellas que más me gustan, me tendré que delimitar al espacio, sino sería todo un monográfico sobre el tema, y ahora no toca. Por eso, entre las siete décadas en las que anda a caballo el Certámen escogeré diez, como un top ten, esos top ten que tanto nos gustan a los seguidores de este show. Lo haré de la más antigua a la más moderna, dejando atrás los ránking. Lo cierto es que para mí estas diez son primerísimas en todo a partes iguales, son temas que adoro.

1.Corry_BrokenDe Lugano a Malmö haremos un viaje por el tiempo que empieza a la de ya… Uno de los temas mejor expresado y mejor llevados a escena fue en 1957 el de Corry Brokken (nacida en Breda en 1932) en representación de los Países Bajos que además obtuvo el primer puesto por delante de los otros nueve participantes ese año. Net als toen –Como entonces- es una pura banda sonora de la década, de film romántico, donde la potente voz de la Brokken, mujer que llegó a ser presentadora de televisión, showoman y más tarde abogada y juez de paz, surge como salida de un gran musical. El sólo de violín, uy los violines y los pianos, qué importantes en las baladas, es genial. La composición es de Guus Jansen y Willy van Hemert y está dirigida por el gran maestro Dolf van der Linden, director también de la genial orquesta Metropol. Unido a eso, Corry no pudo salir con más elegancia a la pista alemana de Frankfurt am Main. Era excepcional su elegancia, ese pelo a lo garçon y esa forma de decir cada palabra en holandés, idioma que como el francés es ideal también para los temas lentos y románticos. El compacto de música, voz y presencia fue la fórmula ideal para ganar ese año, donde tuvo como competencia a nuestra querida Lys Assia, ganadora del año anterior.

 

JeanClaudeDe la siguiente balada siempre se dijo, pero muy solapadamente, hay que recodar que estamos a inicios de los sesenta, que era un tema de amor entre dos hombres. Jean-Claude Pascal en Cannes en 1961 tuvo que poner los pelos de punta a los espectadores del show en el Palais des Festivals y a los televidentes europeos con aquella magnífica canción de Jacques Datin y Maurice Vidalin dirigida a la orquesta por Léo Chauliac. Su título es Nous les amoureaux –Nosotros los enamorados- en representación de Luxemburgo. Esta delegación se llevaba así su primera victoria de las cinco que conseguirá en la historia de sus participaciones. La mirada de este genial, pero malogrado parisino, a cámara nada más empezar las primeras notas de la canción denotaba ese charme tan francés y sus grandes dotes como actor de cine y televisión, traspasó la cámara, arrebatador nada más salir a escena. Recordemos que el polifacético Jean-Claude (Jean-Claude Villeminot de nombre original) nació en París en 1927 y antes que cantante fue estilista de moda y actor en los años cincuenta y sesenta. También fue historiador y escritor. Hizo cine y teatro, incluso un film en España con Marisol en 1967, Las cuatro bodas de Marisol. Volverá a Eurovisión en 1981 sin tanto éxito, quedó undécimo y pasó al más absoluto olvido en su país, Francia, desde mediados de los ochenta falleciendo el 5 de mayo de 1992 a los 54 años de edad. Nos queda su himno canción hecha para todos los enamorados del mundo, sean dos hombres, dos mujeres o mujer y hombre.

 

IsabelleEl nombre real de la ganadora de 1962 por Francia es Thérèse Coquerelle, pero su nombre artístico es Isabelle Aubert. Nació en Lille, al norte de Francia en 1938, en plena II Guerra Mundial. Se hizo una artista de éxito gracias al Festival de Eurovisión de 1962 con el tema Un premier amour –El primer amor- de Claude-Henri Vice y Roland Valade, dirigida a la orquesta de la televisión de Luxemburgo, anfitriona ese año, por el maestro Franck Pourcel. Pourcel dirigió cuatro de las cinco victorias francesas en Eurovisión. La balada no podía ser más envolvente y sugestiva. Sin hacer alardes vocales extremados como otras delegaciones ese año, Isabelle con un simple susurro y una entonación pausada y elegante, poco vista en las artistas de esa época en el Festival, se llevó el primer lugar. Se puso por delante de otras buenas baladas como Mónaco con François Deguelt y Luxemburgo con Camillo Felgen, los tres temas cantados en francés. No volverán a copar el podio tres temas en ese idioma hasta 1986. Isabelle tuvo momentos trágicos tras el Festival al tener un grave accidente de coche en 1963 en pleno auge artístico que la mantuvo varios años apartada de la música recibiendo hasta 14 operaciones quirúrgicas. Pero volvió poco a poco a los escenarios y al Evento en 1968 quedando tercera. Volverá a intentar ir al Festival en 1970, 1976 y 1983 sin suerte en las respectivas preselecciones nacionales.

 

UdoDicen que a la tercera va la vencida y este hombre lo consiguió en su tercer intento. Pero ahora vamos a hablar del primero. Austria venía concursando en Eurovisión desde la segunda edición del Festival, en 1957. En 1964 consigue su mejor plaza hasta ese momento con un sexto puesto que se llevará Udo Jürgens (Jürgen Udo Bockelmann, nacido en Klagenfurt en 1934) y el romántico tema Warum nur warum? – ¿Sólo por qué, por qué?-  Él mismo era el autor y compositor. Johannes Fhering dirigió la orquesta en Copenhague. Tocado al piano este fantástico tema, era propio de las mejores bandas sonoras del cine, aunque no acabó de conquistar a todos los jurados. Pero desde luego no pasó desapercibido. Uno de sus contrincantes ese año, el gran Matt Monro, hizo la versión en inglés bajo el título Walk Away que conquistó mercados en el área anglosajona incluido Estados Unidos y Australia. Considero a esta canción la mejor parida de la década por parte de la delegación austriaca, incluso más que la victoria del mismo Jürgens en el ’66. ¿Con tanta sencillez cómo se puede conseguir tanto? Esa sería la pregunta del millón, pero está claro que cuando hay un buen tema, un tema genial se convierte en obra de arte y se hace intemporal. Estaba él sólo, su piano y un foco, para qué más cuando hay tanto que expresar en esta desgarradora historia de amor y desencanto. La canción de Austria de 1964 es junto a la ganadora, el Non ho l’étà de Gigliola Cinquetti, una de las mejores canciones también de la historia del Certamen. Udo conseguirá un cuarto lugar en 1965 y la victoria en 1966. Cada año iba causando mayor impresión hasta que dio la única victoria que a día de hoy tiene esta delegación. A punto de cumplir los ochenta años de edad Udo sigue en activo tras más de seis décadas de trabajo, es un crack de la música, todo un referente para generaciones.

 

MassimoEn 1973 tuvimos una verdadera joya de Festival, no hubo un solo tema malo, algunos quizá algo más flojos que otros, pero todos sobresalientes. Es uno de los mejores de la década junto al de 1975 y 1977. Pero Italia ese año se llevó un cierto varapalo al llevar a una de sus estrellas más rutilantes, el magnífico Massimo Ranieri (de nombre real Giovanni Calone, nacido en Nápoles en 1951), que ya fue quinto en Eurovisión en 1971 con L’amore è un attimo – El amor es un instante. Esta vez en Luxemburgo con Chi sarà con te? – ¿Quién estará contigo? nos volvió a regalar otra maravillosa y perfecta balada de amor, con toques trágicos y nostálgicos que tan bien le venían al guapísimo de Massimo, pero que sólo alcanzó la decimotercera plaza de diecisiete participantes. La canción de Italia de 1973 de Enrico Polito -que también dirigió la orquesta- Gaetano Savio y Giancarlo Bigazzi es una magistral melodía llena de emoción y sentimiento puesta en la imagen de un cantante que también era actor de fama en esos años. Realmente hizo un número redondo, cantó genial, pero como he dicho fue un año crudo y con un sistema de votación tan ajustado, de dos miembros por país en sala que daban cada uno de 1 a 5 votos se creaba mucha confusión y quizá hacía que no se valorase como debía, con miras más amplias cada tema y por eso de lo precipitado de la decisión y lo subjetivo. Con sólo dos miembros por país, uno mayor de 25 años y otro menor, no se ofrecía mucho abanico de posibilidades para grandes temas como este. Con todo, Massimo, el bello Massimo, siguió triunfando en su país y en Europa y a día de hoy sigue siendo uno de los referentes de la música italiana de todos los tiempos.

 

LoganOtro hombre que según contó la participante española Patricia Fernández Goberna, miembro de Trigo Limpio, iba con mucho respeto y nervios al Festival de Eurovisión de 1980 en su veinticinco aniversario celebrado en La Haya. Patricia contó recientemente para el podcast Pasión Eurovisión que el cantante irlandés, un jovencísimo Johnny Logan (de nombre real Séan Patrick Michael Sherrad nacido en Frankston, Australia en 1954), les preguntó que cómo le habían visto en los ensayos ya que por lo visto el chico era bastante tímido y según Patricia no se marcaba como favorito ese año. Esa humildad de un recién nacido artista, Johnny llevaba apenas cuatro años en el mundo de la música, hizo que con su interpretación de la genial obra maestra de Shay Healy What’s another year enamorase a todos los jurados y se alzase con la segunda victoria para Irlanda diez años después de la primera. Al saxo estaba otro prodigioso, Collin Tulley con dirección orquestal de Noel Kelehan. Fue un año de transición donde primó mucho los temas pseudo comerciales y mucho circo y fanfarria en escena. Irlanda que optó por lo sencillo se llevó el gato al agua con una canción que es pura ternura, una oda al buen gusto, al amor verdadero puesto en la voz de un chico que cantó sin hacer alardes, marcando cada frase y entonando una de las baladas más famosas del Festival, aún hoy día. Johhny Logan, que será llamado el “Mr. Eurovisión”, volverá a cosechar una victoria en 1987 con Hold me now, esta vez de su puño y letra, y otra victoria más para Linda Martín con el tema también compuesto por él, Why me?, además de un segundo puesto en 1984 con Terminal 3 que también interpretó su musa, la Martín.

 

DalmaEn España todos pensamos que ese año sí ganábamos Eurovisión en Roma en 1991. Un brillante y pletórico Sergio Dalma (Josep Sergi Capdevilla i Querol, nacido en Sabadell en 1964) y el tema Bailar pegados de Julio Seijas y Luis Gómez Escolar, dirigido en la orquesta por Eduardo Leiva, tenía los ingredientes perfectos para la victoria. No pudo ser, un cuarto puesto supo a poco porque Sergio no lo pudo hacer mejor. Primero miró a cámara como nadie, segundo la orquesta le venía como un guante y tercero la melodía no podía ser más pegadiza a la par. De hecho sigue siendo unos de los temas más populares de nuestra historia eurovisiva, recordadísimo 22 años después y uno de los clásicos también en los karaokes nacionales. Todo el mundo conoce la letra de Bailar pegados.  Fue el despegue del artista a nivel internacional, sobre todo en Latinoamérica, pero también en Italia. Curioso, en el Festival, el jurado italiano no dio un solo punto a España. Con un empujón al alza de ellos y alguno más entre los que estaban siempre los nórdicos y los ingleses haciéndonos la puñeta, nuestra delegación podía haber ganado, ya que obtuvimos 119 votos frente a los 146 de la ganadora, Suecia. Y las paradojas de la vida han hecho que Dalma ahora haga versiones de éxitos italianos en español, cuando él y la cadena pública española se empeñaron en no poner ninguna frase en Roma ’91 en italiano en su canción, quizá para haber conquistado por lo menos a ese jurado. Hubo su polémica con no querer decir “Ballare stretti” en ningún momento ese 4 de mayo. Qué le vamos a hacer.

 

LindaAl año siguiente de Sergio Dalma, en 1992, llegó la tercera victoria de “Mr. Eurovisión”, el señor Johnny Logan obtenía un tercer triunfo, ahora como autor del tema Why Me? que cantó magistralmente Linda Martin (nacida en Omagh en 1947). La cantante pelirroja ya fue segunda en 1984 con otro tema del Logan, Terminal Three. Por fin la gran Martin pudo sacarse la espinita y ganar al Reino Unido que fue segundo con Michael Ball, batalla dura de pelar, en la ciudad sueca de Malmö. Dirigió la orquesta el sempiterno Noel Kelehan. Irlanda conseguía la cuarta victoria, le quedaban aún tres más esa misma década hasta sumar las siete que tiene en la actualidad. El conjunto del tema irlandés de ese año es una balada perfecta en corte ascendente donde va subiendo en intensidad conforme avanza el tema. Un trabajo coral excelente también y una posición en el escenario por parte de Linda, que sin apenas moverse de su marca, con un traje gris elegantísimo y un gesto sutil puesto en largas y perfiladas manos iniguable. Pudo con ello conquistar a los jurados internacionales con un 155 frente a los 139 de los británicos. La balada irlandesa de ese año es una de mis canciones favoritas de Eurovisión, con una letra de poner los pelos de punta. Esa dura pugna hizo historia, y como se ve que gustó el “invento”, al año siguiente en Irlanda ’93 volverá a verse la caras y de nuevo pero ahora en la verde isla quitará la victoria a la Albión, Niamh Kavanagh versus Sonia, balada contra tema movido.

 

SandrineFrancia siempre fue experta en baladas, y cuando se salió de ese estilo casi siempre patinó estrepitosamente. Quizá el idioma, el charme, marca de la casa y ese estilo elegante y sobrio que impregnaron la escena eurovisiva desde 1956, hizo que esta delegación haga que nos venga a la mente en muchas ocasiones los temas románticos. En 2001 y en 2002 optaron por ahí y les fue genial con un cuarto y quinto puesto respectivamente. Primero Natasha St-Pier en Copenhague, hoy todo una figura internacional y después una de las mejores voces de la historia del Festival, Sandrine François en Tallinn. Esta mujer nacida en Aubervilliers en 1980 iba vestida totalmente de negro como aquellas cantantes francesas de la etapa existencialista. Llenó la sala de arte, glamour y savoire faire sin alardes aparte de su magnífica voz e interpretación que en potencia se acerca mucho a la de Céline Dion. El tema Il faut du temps – Hace falta tiempo es de una ejecución sublime. Está compuesta por Rick Allison, el mítico Patrick Bruel y M.F. Gros. Al no haber ya orquesta, nos perdimos quizá una melodía que se hubiese engrandecido aún más ya que Sandrine es mujer de cantar a pulmón acompañada de músicos y más en un tema como este. Mejor no se puede cantar y mejor no se pude decir una letra llena de esperanza, una oda a la lucha y a la supervivencia en tiempos duros. No pudo ganar pero consiguió el premio de la crítica Marcel Benzeçon de parte de la prensa. Hizo una versión en inglés, After The Rain. Es una pena que su carrera no subiese como la espuma como la de su antecesora, pero Sandrine se mantuvo en la calidad a parte de la comercialidad y tampoco le ha ido mal en el transcurso de estos once años.

 

MarcoEn la última edición de Eurovisión celebrada en Malmö Italia volvía a sorprendernos con una balada maravillosa. Al principio Marco Mengoni (nacido en Ronciglione en 1988) no me entusiasmaba por ese estilo medio paso de todo y de todos y vengo aquí como de paso. No es un trabalenguas, es tal y como se le veía en la semana previa al evento, tanto en ensayos así como en sus apariciones ante la prensa. Pero el día del Festival fue un shock tal y como cantó, y tal y como vistió. Italia volvía rizar el rizo como tantos años atrás. Esta delegación nunca defrauda. Menos mal que les dio por volver en 2010, porque es de los países que mejor calidad musical y artística ha llevado al Festival de 1956 a 1997. Los años que faltaron se notó y mucho. L’essenziale – Lo esencial- es un auténtico himno al buen gusto, con una ejecución perfecta hecha por un chico que fue descubierto en un talent show en 2009, Factor X ganando el concurso con tan sólo 21 años de edad y en 2010 queda tercero en Sanremo y recibe un EMA a Mejor artista europeo ese mismo año, es decir, que el chico apuntó maneras desde sus inicios como solista. La balada italiana de Eurovisión que también ganó el Festival de Sanremo de 2013 está compuesta por el mismo intérprete junto a Roberto Casalino y Franco De Benedittis. L’essenziale es de esas canciones que perfectamente podía haber ganado, como otras de gran calidad este año. Un séptimo puesto con 126 votos no está del todo mal cuando son veintiséis competidores y el nivel de los que quedaron en cabeza era bastante alto. Se llevó el triunfo otro país nórdico, Dinamarca, y allí nos veremos los próximos 6, 8 y 10 de mayo.