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Dirige la orquesta el maestro Eduardo Leiva

Si hay un rostro popular para los eurofans que vivimos el Festival de Eurovisión en los años 80 y 90, ese es el de Eduardo Leiva. Llegó a participar hasta 7 veces en el Festival de Eurovisión en diez años, entre 1986 y 1996, y además se desplazó en distintas oportunidades al Festival de la OTI. Hoy en día tiene 68 años pero no ha perdido ni un ápice de interés por la música, aunque quizás sí por Eurovisión, que no le gusta tanto porque no tiene música en directo.

Leiva nació en Valencia el 13 de octubre de 1944 y desde pequeño se manifestó como un enamorado de la música. Creció en un ambiente que no tenía nada que ver con la música (su padre era militar) pero aún así persiguió su objetivo de convertirse en concertista de piano. A los 16 años acabó sus estudios de piano, clarinete, composición, armonía, instrumentación y dirección de orquesta. Fue alumno de los conservatorios de Valencia, Burgos y Madrid.

Durante su juventud sintió predilección por la música jazz. Formó una banda llamada Samantha y los Leivas, que actuó en numerosos escenarios durante la década de los 60. Entre 1962 y 1964 recorrieron varios países europeos y durante la segunda mitad de la década actuaron en salas de fiestas de España. Leiva se convirtió en un codiciado pianista en los estudios de grabación de Madrid: las discográficas Hispavox y CBS solían llamarle con frecuencia para que realizara los arreglos de sus estrellas.

Durante los años 70 empezó a colaborar con Juan Pardo. Leiva se convirtió en un compositor y teclista habitual del grupo de músicos que acompañaba al ex brinco. En 1975, además, Leiva fue el arreglista del disco A ti, mujer, producido por Juan Pardo y con cuya canción central Juan Camacho ganó el Festival de Benidorm 1975.

La primera vez que vimos a Eduardo Leiva dirigir la orquesta de un gran festival fue en la OTI de 1979. Leiva acudió a Caracas con Rosa María Lobo y levantó la batuta para acompañar la canción Viviré, que se clasificó en 4º puesto sobre 20 participantes.

La siguiente participación de Eduardo Leiva en la OTI se produjo en 1985, cuando el certamen se celebró en Sevilla. Ese año, TVE le encargó la dirección musical de todo el festival y Leiva tomó la batuta para dirigir las canciones de los países que no mandaron director de orquesta. Además, acompañó a Caco Senante, el representante español, que defendió Esta forma de querer.

En 1986 Eduardo Leiva viajó a su primer Festival de Eurovisión. Llegó a Bergen de la mano de Cadillac, grupo para quienes adaptó el arreglo de Valentino. José María, Pedro y Daniel le definieron como su «complemento ideal» y Eduardo fue también generoso en sus halagos al conjunto: llegó a compararlos con Manhatan Transfer.

En 1987 Leiva hizo doblete en Eurovisión y la OTI. Acudió a Bruselas como arreglista y director de orquesta del tema No estás solo, la balada rock que eligió TVE para participar en este festival. Las malas lenguas aseguran que no hubo buena sintonía entre Leiva y la hija de Kraus en Bruselas…

En octubre, Leiva viajó a Lisboa acompañando a Vicky Larraz. El músico estaba contento a pesar de que España daba la nota en aquella edición con un tema que no tenía nada que ver con el resto.

bibiEduardo Leiva compuso, además, en aquel año 1987 la sintonía del programa Sábado noche, que permaneció en antena más de dos años, presentado inicialmente por Tony Cantó y Paola Dominguín, luego por el primero y por Lydia Bosch y finalmente por Carlos Herrera y Bibí Andersen. Era habitual ver a Leiva dirigiendo la orquesta del programa durante las actuaciones en playback de los ilustres invitados que tuvo el programa.

Durante la emisión de aquel programa de variedades, Leiva y Carlos Herrera dejaron sola por una noche a Bibi Andersen para viajar a Buenos Aires. En 1988 ejercieron de director de orquesta y de comentarista en el Festival de la OTI, acompañando a los representantes españoles, el conocido dúo Álex y Christina. Sin duda fueron los más modernos del festival, pero toda la expedición española se olía el fracaso que acabaron teniendo. Leiva lo sostuvo en una de las entrevistas que Carlos le hizo durante la retransmisión.

El trago más amargo por el que pasó Eduardo Leiva en un festival de la canción sucedió en Yugoslavia en 1990. El canal de audio pregrabado estaba desactivado y la actuación de Azúcar Moreno comenzó con un vergonzoso traspié. El músico valenciano se enfadó muchísimo con la organización yugoslava a pesar del 5º puesto que lograron las representantes españolas.

Paco Ortega e Isabel Montero acudieron a Las Vegas en 1990 con el tema Duérmete, mi amor. El arreglo que hizo Leiva parece que sea una canción distinta porque juntó estrofas y suprimió estribillos del tema, pero la verdad es que ganó fuerza con los arreglos y superó la grabación discográfica.

Leiva acudió al Festival de Eurovisión 1991 con el memorable Bailar pegados y de nuevo tocó la gloria gracias a la actuación de Sergio Dalma.

La orquestación que Leiva preparó la canción de Eva Santamaría en Eurovisión 1993 cabreó a los eurofans. Lograr que un rap suene bien con orquesta sinfónica era un reto que no logró superar y por eso le dio a la canción de la gaditana un tono ciertamente salsero que no tenía nada que ver con la grabación. La coreografía acabó de hundir un tema que, de haber ofrecido una mejor puesta en escena y arreglo orquestal, se podría haber encaramado al Top5.

leiva ana y ramon

En mayo de 1993 comenzaban las emisiones del programa Qué apostamos, un concurso presentado por Ana Obregón y Ramón García que convertiría a Eduardo Leiva en un rostro popular para los espectadores de TVE. Y no únicamente por su contribución musical al espectáculo, sino porque además se exponía semanalmente a acabar en la ducha si el público satisfacía el desafío al que se le sometía. Fueron pocas las veces que el maestro Leiva debió acabar bajo el agua (al menos, los más fervorosos seguidores del programa recuerdan un par de duchas del músico). Anita Obregón estuvo siempre predispuesta a ser ella quien se colocara bajo el chorro, aunque solía hacerse la remolona al principio, le encantaba rematar la faena del programa remojada como una lechuga. El siguiente vídeo muestra un didáctico ejemplo.

Tras el verano de 1993, Eduardo Leiva abandonó RTVE y fichó por Antena 3 TV como director musical del concurso El gran juego de la oca, presentado por Emilio Aragón. No se sabe muy bien la razón, pero hubo quien sostuvo que los numeritos con la duchita y con la Obregón acabaron por cansar al músico valenciano, que declaró en más de una ocasión que llevaba muy mal lo de disfrazarse y lo de la ducha. El nuevo fichaje por Antena 3 TV mantuvo a Leiva alejado del Festival de Eurovisión 1994 por incompatibilidad de contratos. Aquí le vemos en el minuto 0:40 de la careta de entrada.

En 1995 Leiva acabó su contrato con Antena 3 TV y volvió al Festival de Eurovisión acompañando a Anabel Conde a la orquesta. Escribió un buen arreglo para Vuelve conmigo en el que resaltó la voz de Anabel y la llevó hasta el 2º puesto. Esta es la mejor marca que lograría Leiva en todas sus participaciones en Eurovisión y de hecho reconoció hace poco en TVE que de todas las canciones que dirigió, se queda con esta. «Nosotros sabemos cuando vamos con un temazo y cuando no. Con Anabel íbamos sobrados pese a que no apostaba nadie por ella», dijo Leiva.

La participación de Eduardo Leiva en Eurovisión 1996 vino con anécdota. Cuando el músico llegó a Oslo una semana antes del festival para dar comienzo a los ensayos, le llamaron desde España para darle la noticia de que su esposa acababa de dar a luz. Raudo, Eduardo Leiva decidió regresar a casa para conocer a su retoño y la NRK puso a disposición de Carbonell al músico noruego Frode Thignaes para los ensayos con orquesta. Este fue el que declaró a la prensa que España llevaba la mejor canción del festival justo antes de cederle la batuta a Leiva, que llegó el sábado justo a tiempo para dirigir la orquesta ante toda Europa.

La despedida de Leiva del Festival OTI aconteció también en 1996. Fue, además, la única vez que el maestro valenciano componía la música del tema español con un texto de José María Purón. Vimos a Leiva emocionado salir al escenario de la mano de Anabel Russ a recoger el primer premio del festival.

Leiva siguió como director musical de programas concurso y durante la segunda mitad de los 90 acompañó a Ramón García en su Grand Prix de verano, casposa versión del insigne Juegos sin Fronteras que enfrentó a la España rural en los aciagos estíos finiseculares. En concreto, Grand Prix de verano estuvo en antena entre 1996 y 2005 y Leiva hizo su función de serio director de orquesta amenizando musicalmente los distintos programas.

En el año 2002 Eduardo Leiva reapareció en nuestras festivaleras vidas. Llevaba un tiempo colaborando con la Chatanooga Big Band y los responsables del Festival de Benidorm le contrataron a él y a sus músicos para acompañar a los participantes de la XXXV edición del concurso. La calidad de las canciones mejoró notablemente respecto a otras ediciones del mismo festival, pero a pesar de ello, ni Leiva ni la Chatanooga volverían a Benidorm en años siguientes. Leiva demostró tener una enorme capacidad de improvisación acompañando a Sergio Dalma, presentador del festival, en una interpretación de su Bailar pegados.

Hace unas semanas, la víspera de la final de Eurovisión 2013 tuvimos ocasión de ver a Eduardo Leiva en el programa Tenemos que hablar de TVE contando su experiencia como director orquestal del certamen para España.

Y ya que estamos hablando de Eduardo Leiva, no podemos dejar de recomendaros la audición del podcast de nuestros compañeros de Pasión Eurovisión dedicado al músico valenciano. Francisco Prieto analiza a partir del minuto 52:30 la trayectoria profesional de nuestro director de orquesta más prolífico. Pincha aquí para disfrutarlo.