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Eugenio fue eurovisivo (y no es un chiste)

Hoy sacamos del baúl de las anécdotas de Eurovisión la participación del humorista Eugenio en la preselección española de 1970. En aquellos tiempos, Eugeni Jofra, que era su verdadero nombre, no se dedicaba al humor sino a la canción. Empezaría a contar chistes en los años 80, pero en aquella época, desde 1968, formaba con su esposa Conchita Alcaide el dúo Los Dos, vinculado a la discográfica Belter. En un principio, Conchita llevaba la voz cantante y Eugenio, la acompañaba a la guitarra. Fue así como actuaron en varios locales de la noche barcelonesa.

Posteriormente, el futuro humorista iría poniéndole voz a sus interpretaciones a dúo. La pareja grabó varias canciones en catalán, para lo cual utilizaban el nombre artístico de Els Dos. Aún así, en 1969 grabaron en castellano la canción finlandesa de Eurovisión 1969 bajo el título Las llamas crecen.

Balada del maderero fue una canción compuesta por María José de Ceratto, coautora de Vivo cantando, el tema que ganó Eurovisión en 1969 en la voz de Salomé. En el prefestival de Barcelona, estuvo interpretada en doble versión por un lado por el dúo Los Dos y por otro, por el grupo Los 80 Centavos. Su clasificación final fue el 4º lugar.

Eugenio y su mujer coincidieron en aquella preselección con nombres míticos que marcarían la música española durante los años 70: Julio Iglesias, Nino Bravo, Mocedades, Basilio, Los Mismos o Donna Hightower. Estamos tan acostumbrados a pensar en Julio Iglesias como representante español en 1970 que otra posibilidad nos rompería todos los esquemas, pero… ¿qué resultado podría haber obtenido Los Dos en Amsterdam compitiendo con Dana, Mary Hopkin y Katja Ebstein? Mientras tanto, recordemos algunos de los momentos más hilarantes pertenecientes al II Festival de la Canción Española, especialmente la liosa entrega de premios.

En cuanto a Eugenio y Conchita, la pareja siguió cantando en años sucesivos sin lograr ningún éxito destacable. A mediados de los 70 decidieron abrir su propio local en Barcelona, se llamaría Sausalito. Fue allí donde Eugenio realizó sus primeras funciones contando chistes y nació el mito. Corría el año 1978 cuando sus cassettes circulaban por la España de la época y cuando todos los empresarios se afanaban por contratar a Eugenio. La desdicha, sin embargo, llegaría en 1980 con el fallecimiento de Conchita cuando apenas tenía 40 años.

Eugenio gozó de un enorme éxito durante los años 80 y 90, siendo uno de los humoristas más respetados del país a pesar de la sencilla escenografía que rodeaba a sus performances: un micro, un taburete, un vaso y un cigarrillo. Siempre de negro, su semblante serio, su voz grave, sus intrigantes pausas y sus palabras y expresiones tomadas del catalán contribuyeron a construir la leyenda. No hubo tiempo para más: en 2001, con apenas 59 años, nos dejaba definitivamente.

Para cerrar esta entrada sobre el gran Eugenio, nada mejor que hacerlo con uno de sus chistes, accesible desde un videomontaje muy peculiar…