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Concha Márquez Piquer, 40 años de "Pasaporte a Dublín"

Hoy hace 40 años de la emisión de la 3ª gala de Pasaporte a Dublín, si excluimos en el cómputo la gala inicial. Aquel fue un programa en el que se seleccionó separadamente al intérprete y a la canción, igual como la preselección que cuatro décadas después pretende utilizar TVE para volver a un buen puesto. El 7 de noviembre de 1970 nuestro ente público emitió el programa dedicado a Éxitos de Sudamérica. Ejerció el papel de estrella Conchita Márquez Piquer, hija del torero Antonio Márquez y de la gran dama de la copla, Concha Piquer.

Conchita comenzó a cantar copla de la mano de su madre. Se formó como artista en el ballet de Conchita Huarte y tuvo como profesor de canto a Juan Solano. Una de sus primeras actuaciones tuvo lugar en 1969 en una gala benéfica, pero su primera actuación como cantante profesional fue en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, dando un recital de 25 canciones.

Casada desde 1962 con el torero Curro Romero, tendría dos hijas, Concepción y Coral, que, cuando comenzó el programa Pasaporte a Dublín, tenían 5 y 2 años respectivamente. Conchita había heredado el conocido mal genio de su madre: “Al parecer, los demás concursantes tienen paciencia y yo, en ocasiones, la pierdo. Cuando presiento que eso va a ocurrir, procuro aislarme y me quedo sola”.

Pese a ello, hizo muy buenas migas con Rocío Jurado y, mientras se emitía el programa, Conchita acudió con su madre (que estaba retirada del mundo del espectáculo por padecer del corazón) al Teatro Calderón para ver actuar a la Jurado. En un momento dado del espectáculo, Rocío hizo notar la presencia de Concha Piquer en la sala y el público, la reconoció y le tributó una gran ovación.

En cuanto a su participación en Pasaporte a Dublín, Conchita aseguraba “estoy encantada, me va a ir estupendamente porque lo que necesito es que la gente me vea, me oiga y se de cuenta de que no soy ‘Concha Piquer-2, sino Conchita Márquez Piquer, hija de la tonadillera más grande que ha tenido España”. Entre los espectadores de TVE había un cierto miedo a que ganara Conchita Márquez Piquer; suponían que su envío a Dublín comportaría un retroceso a los tiempos de Conchita Bautista y del desastroso resultado de Qué bueno, qué bueno.

(Extraído de Olevisión, número 27. Autor: J. Guerrero)