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Daniel Diges, en Vanity Gay

Aquellos que no conocían a Daniel Diges antes de ganar «Destino Oslo», ya saben que Daniel tiene una brillante trayectoria en el mundo de los musicales. La desaparecida revista «Vanity Gay» le dedicó un reportaje de tres páginas el pasado año en el que Daniel se sincera sobre su vida y su trabajo. Lo reproducimos aquí para que lo podáis disfrutar todo.

Vanity Gay, número 32

Tenemos poco tiempo para hablar con Dani. Su vida se ha convertido en un auténtico ir y venir de casa al teatro. Ser el protagonista de un musical requiere muchos esfuerzos. Sin embargo, Dani Diges no imagina su vida sin este ajetreo. Satisfecho y alegre estuvo encantado de contestar a nuestras preguntas.
Vg: ¿Qué tal llevas la vuelta al instituto?
Dani Diges: (Risas) ¡Muy bien, además me pagan! Estoy disfrutando prácticamente igual y sin estudiar demasiado. Es una experiencia muy chula, con veintisiete años que te elijan para regresar al instituto, es algo muy muy divertido.
Vg: ¿Quién crees que puede disfrutar más con High School Musical: los que han visto la película o los que llegan vírgenes al teatro?
D.D.: Pues un poco todos por igual. A los niños que han visto la película les suele gustar más el musical, les resulta más impresionante. Y la gente que no la ha visto, cuando llega al teatro se encuentra con algo nuevo, con un final que no espera. Así que imagino que ambos por igual.
Vg: Has trabajado en los musicales más importantes que se han hecho en Madrid. Aunque es difícil elegir, y dejando a un lado High School Musical, ¿Con cuál te quedas?
D.D.: ¡No podría decidirme! Cada uno tiene una cosa muy bonita. Al que le tengo un amor especial es a We Will Rock You, porque me ha dado muchas tablas. Pero por otra parte fueron los de Hoy No Me Puedo Levantar los que me dieron la oportunidad, así que también tengo un cariño y una nostalgia muy especial hacia Nacho Cano y también hacia mis compañeros. Fue allí donde comencé mi carrera como actor de musicales. Pero claro, con High School Musical he conseguido mi primer papel como «titular» y han colgado mi foto en carteles por toda España… Troy además me da una ternura que incluso me hace ver la vida de otra forma. Me paso el día subido a un escenario sacando sentimientos que no sabía ni que tenía dentro de mí. Lo siento, no tengo respuesta para esa pregunta. Me resulta imposible elegir.
Vg: El fenómeno fan llega también al musical. En tu caso particular, ya tenías una legión gracias a las apariciones televisivas que habías hecho. Sin embargo ¿sientes que en el teatro la gente se queda más con el personaje que con el actor que lo interpreta?
D.D.: En mi caso es curioso, porque mucha gente me conoce por los musicales. Aunque sí, es cierto que el público se queda mucho con el personaje. Hay mucha gente que te dice: «Estuve viendo We Will Rock You el año pasado» y le contestas: «Yo era el protagonista…» y ahí es cuando se dan cuenta de que eres el actor «iAh, es verdad!» En el musical de Queen estaba de moreno y con el pelo más largo, pero… depende mucho de la fila en la que te pongas, porque si te pones muy atrás… vas a distinguir poco la cara del actor.
Vg: De todos los actores que participáis en High School Musical eres el que más experiencia tiene, los demás son más jovencitos ¿Te has sentido un poco papá? ¿Les has arropado mucho?
D.D.: No, porque yo soy un bicho como ellos. Soy muy crío también… Aunque, alguna vez, he tenido que poner un poco de orden en el caos que hemos tenido, caos que seguramente he iniciado yo… Me he adaptado muy bien a ellos porque somos bastante parecidos. De vez en cuando han venido a preguntarme alguna cosilla: «Oye Dani… ¿cómo harías esto?» y la verdad es que «mola» porque te sientes un poco el «papi», el hermano mayor.
La relación que hemos creado ha sido muy buena, basta el punto de salir de fiesta después de terminar la función mientras estábamos de gira. Nos hemos hecho muy amigos.
Vg: ¿Es básico ese «buen rollo» para poder transmitirle emociones al público?
D.D.: Por supuesto, estoy convencido de que muchas de las super producciones carísimas que se han hecho en España y que nadir sabe por qué no han funcionado, han tenido el problema justo ahí. Quizá no ha habido feeling en el escenario y eso la gente lo percibe.
El ser humano es energía y nosotros creo que la que estamos generando sobre el escenario es positiva. Los días que estamos más cansados, la gente no se levanta o baila, por el contrario los días que estamos con las pilas super cargadas, que suele ser casi siempre, la gente lo comparte con nosotros.
Vg: Después de tu paso por la televisión, te vemos muy centrado en el teatro musical ¿Decisión propia o las circunstancias de una profesión tan dura como la de actor?
D.D.: Sí, es cierto que la profesión es difícil. Un día estás haciendo una serie, al día siguiente estás haciendo todos los infantiles y de pronto, te tiras un año y medio sin currar. Sin embargo, ese año y medio, ni me deprimí ni mucho menos, lo dejé un poco apartado y me dediqué a trabajar con mi grupo de música. Soy compositor, y nos fuimos a hacer «bolitos» por Madrid. Esa experiencia me enseñó muchísimo: a cantar, a componer, lo que me sirvió para el momento en el que me avisaron del casting de Hoy No Me Puedo Levantar, y que Nacho Cano me cogiera.
Las cosas siempre pasan por algo. La televisión, por ejemplo, la tengo muy abandonada, me ha salido alguna cosilla pero tenía que abandonar el teatro y he dicho que no. Aquí estoy muy bien.
Vg: Sabíamos, como bien nos has dicho, que compones canciones ¿Nos vas a dar la sorpresa y vamos a poder escuchar algún disco próximamente?
D.D.: Es que la industria discográfica está fatal, no me atrevo. No es el mejor momento para hacerlo. Habrá que esperar un poco a que se tranquilicen las cosas, que la crisis se suavice un poco y las discográficas empiecen a «florecer» de nuevo. Quizá entonces comenzaré a moverme. He mostrado mi trabajo musical en varias compañías importantes y les ha gustado, pero todas coinciden en eso, no es el mejor momento. Material hay y sí, es algo que tengo en la cabeza.
Vg: ¿Hay algún papel de los que no hayas hecho que te encantaría tener la posibilidad de interpretar? La espinita que, tal vez tengas clavada.
D.D.: Fui finalista para Jesucristo Superstar, fue a la vez que se hacían los castings para High School Musical, y finalmente me cogieron para el segundo. No sé si porque no tenían un Troy o porque ya tenían a Jesucristo, pero me hubiera gustado haberlo hecho solo un día. También me encantaría hacer El Fantasma de la Ópera.
Vg: Cuando terminó Nada Es Para Siempre ¿Tuviste miedo de lo que te podía deparar el futuro? ¿Qué fue lo primero que te planteaste?
D.D.: Fue todo muy rápido, porque nada más terminar me llamaron para presentar el Club Megarrix, y después Max Clan. No he parado mucho, también comencé con una producción mía de teatro, y como no he podido estarme quieto, cuando no he hecho nada que tuviera que ver con la interpretación me he dedicado a la música. No me ha dado tiempo a pensar. Aunque, sí es cierto que, alguna vez me ha dado el punto y he pensado: «¡Lo dejo, siempre cogen a los mismos!». Pero han sido momentos pun¬tuales de crisis, como cualquier actor. Ahora estoy muy contento, no lo dejaría ni por todo el oro del mundo.
Vg: Alguna vez has dicho que te encantaría ser como Antonio Banderas ¿Sigues pensando lo mismo o te decantas por otro tipo de intérprete?
D.D.: ¡Ahora me gustaría ser como Carlos Marín! Le tengo mucho cariño. Por supuesto que me encantaría tener la carrera de Banderas, una trayectoria profesional impresionante. También me gusta mucho Bardem. Ahora hay más actores a los que admiro, aunque mi carrera iría más encaminada hacia la música y hacia el teatro musical.
Vg: Cuando te premiaron con el Premio Gran Vía al mejor actor revelación ¿Sentiste responsabilidad por el galardón? Y sobre todo ¿Cuesta quitarse el San Benito de actor revelación y que la gente te considere como una realidad, después de la trayectoria que tienes?
D.D.: No lo sé. No me paré a pensar, me lo dieron y lo cogí… Me encantó. La suerte que he tenido es que después del premio los trabajos que me han salido han sido muy buenos, me hace pensar que efectivamente, por aquí es por donde tiene que ir mi carrera. Hay gente a la que le gusto mucho como actor de musicales, otros prefieren verme en la televisión, y habrá otra a la que no le guste nada.
Quizá la responsabilidad que te entra cuando te dan un premio como el Gran Vía, es elegir bien el resto de papeles que vas a hacer. Cuando me dieron a Troy, al ver la película y leerme el personaje, me daba un poco de miedo por si iba a quedar un poco soso. Pasar un personaje así del cine al teatro era algo difícil.
Vg: Trabajando en un espectáculo al que acuden tantos niños, ¿tienes alguna anécdota con los pequeñajos que van a veros?
D.D.: Ufff así de pronto, déjame pensar… Algún niño que ha subido al escenario, porque los sacamos en una parte del espectáculo a las gradas. Un día un peque se puso a seguir el texto, mientras hablábamos nos gritaba: «¡Venga, dile que sí!» Claro, le miramos un poco mal… En algunas ciudades se presentaron 200 o 300 niños como si fuéramos los protagonistas de la película. Fue impresionante. La verdad es que es un auténtico placer trabajar con los crios.
Y rápidamente nos tuvo que dejar, tenía que prepararse para la función y hacer disfrutar a los más peques que se acercan cada día a ver High School Musical. Lo que sí queremos dejar claro es, que a pesar de ser un musical juvenil, cualquiera que se acerque hasta el Teatro Lope de Vega disfrutará con la energía y la ilusión que este grupo de actores transmite al espectador.